Asimismo, ambos explicaron cómo consideran que contribuyen las actividades de sus respectivas empresas a la sostenibilidad de otros sectores empresariales y de la sociedad en general. Ángel Ibisate apuntó que "en el caso del sector del transporte de la energía eléctrica la contribución es definitiva porque la sostenibilidad del resto de los sectores depende, en gran parte, de esa energía. Todos, tanto particulares como profesionales, consumimos energía eléctrica en infinidad de nuestras actividades y, evidentemente, una energía eléctrica más barata y menos contaminante contribuye a la sostenibilidad general".
También indicó: "Nuestras instalaciones son el vehículo principal para la integración de las energías renovables. Nuestro centro de control eléctrico de renovables ha facilitado la integración de estas energías hasta alcanzar casi un 35% de la cobertura de la demanda en 2010".
"El vehículo eléctrico, las supergrids (red inteligente de energías renovables), las smartgrids (redes eléctricas inteligentes) y la formación y sensibilización en el consumo responsable de los usuarios finales del mercado de la electricidad van a ser capítulos en los que Red Eléctrica apoye tanto a las empresas eléctricas, como a gobiernos y administraciones", añadió Ibisate.
José Manuel Sedes, por su parte, explicó que la contribución de Vodafone a la sostenibilidad se da en el ámbito social y ambiental: "Tradicionalmente, las telecomunicaciones, y más concretamente Vodafone España, nos hemos focalizado mucho en cómo desde nuestro sector podemos contribuir a conseguir sociedades más sostenibles. Bajo esa perspectiva hemos venido llevando a cabo actuaciones para, en el ámbito social, desarrollar productos y servicios orientados a facilitar la vida a personas con necesidades especiales (con discapacidad, personas mayores, enfermos crónicos, etc.). Hemos conseguido demostrar que las telecomunicaciones pueden mejorar la calidad de vida de esas personas".
"Y en el ámbito medioambiental también podemos suministrar soluciones a través de nuestros productos y servicios para que otros sectores disminuyan su contribución al cambio climático. En el año 2009 publicamos un informe en el que planteábamos que en 2020 se podrían reducir las emisiones de CO2 en Europa en alrededor de unos 113 millones de toneladas aplicando 13 tipos de soluciones inalámbricas. Este mismo estudio señala que en España, en el año 2020, podríamos llegar a evitar la emisión de diez millones de toneladas de CO2 y ahorrar por tanto unos 4.000 millones de euros. Las soluciones que pondríamos en el mercado consumirían sólo el 17% de la energía que ahorran, es decir, serían cinco veces más eficientes que los procesos actuales. Ésa es la clave de la contribución de las telecomunicaciones a la sostenibilidad general social y medioambiental".
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