"Los sectores inmobiliario y aluminio son críticos para el desarrollo económico. En el caso del sector inmobiliario en España, resultará imprescindible el avance y la implementación efectiva de incentivos adecuados para apoyar, tanto a empresas como a personas físicas en el proceso de descarbonización del sector ", ha manifestado Javier Rodríguez Soler, director de Sostenibilidad y CIB (Corporate & Investment Banking) de BBVA.
Dentro de la cartera inmobiliaria del Grupo BBVA, España representa el 70% de la financiación al sector a nivel global. BBVA se ha marcado objetivos diferentes, según el segmento inmobiliario del que se trate. En este sentido, para el inmobiliario empresarial (Commercial Real Estate), el objetivo de BBVA es reducir entre 2023 y 2030 la intensidad de su cartera de financiación en un 44%. Para el segmento hipotecario (Residential Real Estate) el objetivo de reducción para ese periodo es del 30%.
En el caso del aluminio, el banco fija su objetivo de alinear su cartera de financiación a la trayectoria de descarbonización determinada por el Instituto Internacional del Aluminio (IAI, por sus siglas en inglés) de reducción de las emisiones en el mundo de un 28% hasta 2030. Es decir, alcanzar una desviación porcentual (delta) del 0% o inferior respecto a dicha senda de descarbonización en 2030.
El sector inmobiliario representa un 37% de las emisiones de CO2e en todo el mundo² por lo que su descarbonización es crítica de cara a cumplir los objetivos climáticos globales fijados en el Acuerdo de París para 2050.
No obstante esta descarbonización representa un reto complejo debido a la naturaleza del sector. En concreto, la reducción en las emisiones de los inmuebles depende de muchos y variados factores. Entre ellos destacan, la mejora de la eficiencia energética de los inmuebles para reducir la demanda energética, la electrificación del consumo energético y el incremento de penetración de energías renovables a través del autoconsumo o de mayor instalación de energías renovables en el sistema eléctrico.
Para lograr los objetivos citados es fundamental un esfuerzo coordinado, con la participación de múltiples actores implicados y donde las políticas climáticas y los incentivos públicos adecuados serán particularmente relevantes para la descarbonización del sector inmobiliario residencial.
En este sentido, España cuenta con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) como hoja de ruta que define los objetivos nacionales de reducción de emisiones, penetración de energías renovables y eficiencia energética. Este escenario es sobre el cual BBVA basa sus hipótesis y su cumplimiento será clave para lograr las metas de descarbonización planteadas.
En este contexto, BBVA mantiene para el sector inmobiliario, tanto residencial como empresarial, su estrategia basada en el acompañamiento y asesoramiento a clientes, ofreciendo diversas soluciones que promuevan la mejora de la eficiencia energética de sus inmuebles y maximicen las oportunidades de ahorro cuando sea posible.
El aluminio es considerado un metal clave en los procesos industriales y se espera que su demanda crezca un 40% hasta 2030, impulsada por la transición energética, los vehículos eléctricos y la construcción. Por ello, la transición del sector del aluminio hacia las cero emisiones netas es fundamental para cumplir los objetivos climáticos globales del Acuerdo de París.
La industria del aluminio representa el 2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y es un sector intensivo en emisiones debido al elevado uso de energía en sus procesos de producción primaria. La palanca clave para reducir las emisiones del sector es la descarbonización del suministro eléctrico. Sin embargo, dado que alrededor del 55% de la energía consumida por el sector a nivel mundial es autogenerada, muchas de estas emisiones dependen de la propia industria.
La métrica de alineamiento de la cartera de financiación en este sector se ha calculado con la metodología del Sustainable Aluminum Finance Framework desarrollada por Rocky Mountain Institute (RMI, por sus siglas en inglés). Actualmente es la única metodología estandarizada disponible para el sector y proporciona a los bancos las herramientas que necesitan para medir, comparar y divulgar la alineación climática de sus carteras de préstamos al sector del aluminio en línea con un escenario de 1,5°C. Las métricas utilizadas son tonelada CO2e por tonelada de aluminio producido.
El sector del aluminio cuenta con líderes en la industria que están definiendo ambiciosos planes, muchos de ellos basados en las nuevas tecnologías limpias (cleantech), para la producción de aluminio con cero emisiones para 2050.