El 14 de julio de 2021, la Comisión Europea adoptó el paquete Objetivo 55, que establece un objetivo de reducción de las emisiones de efecto invernadero del 55% para 2030. Entre otros textos, incluye la refundición de la directiva sobre eficiencia energética, alineando sus disposiciones a la nueva meta de 55% de emisiones.
Con su aprobación, los diputados responden a las expectativas ciudadanas de las conclusiones de la Conferencia sobre el Futuro de Europa. La directiva de eficiencia energética aborda la propuesta 3(3), que pretende reducir la dependencia del petróleo y el gas a través de proyectos de eficiencia energética y el uso de energías limpias y renovables.
La directiva también se alinea con la propuesta 3(5) que aboga por invertir en tecnologías de energía renovable, y la propuesta 3(6) que promueve explorar nuevas fuentes de energía y métodos de almacenamiento ecológicos, en línea con los objetivos climáticos de la UE. Además, se ajusta a la propuesta 11(1), cuyo objetivo es promover procesos de producción más ecológicos por parte de las empresas, ayudándolas a identificar mejores soluciones.
La ley establece objetivos de ahorro energético tanto en el consumo de energía primaria como final en la UE. Los Estados miembros deberán garantizar colectivamente una reducción del consumo de energía de al menos el 11,7% a nivel europeo para 2030 (en comparación con las proyecciones de 2020). Este objetivo irá acompañado de un sólido mecanismo de control y cumplimiento para garantizar que los países de la UE cumplen con sus contribuciones nacionales.
Para 2030, los países de la UE deberán ahorrar una media de 1,5% al año. El ahorro energético anual comenzará en un 1,3% hasta finales de 2025 y alcanzará progresivamente el 1,9% en el último periodo hasta finales de 2030.
Los objetivos de ahorro deberán cumplirse a través de medidas locales, regionales y nacionales, en diferentes sectores como la administración pública, edificios, empresas, centros de datos, etc. Los eurodiputados insistieron en que el plan debe cubrir en particular el sector público, que tendrá que reducir su consumo final de energía en un 1,9% cada año. Los Estados miembros también deben garantizar que al menos el 3% de los edificios públicos se renueven cada año para convertirlos en edificios de consumo de energía casi nulo o de emisiones cero. La directiva establece además nuevos requisitos para los sistemas eficientes de calefacción urbana.
El ponente Niels Fuglsang (S&D, Dinamarca), señaló: "La crisis energética no ha terminado. No hay garantía de que los próximos inviernos sean tan suaves como el último. En los próximos siete años, tenemos que realizar los cambios estructurales necesarios. Estoy muy contento de que hayamos logrado impulsar a los estados miembros hacia objetivos de eficiencia energética mucho más ambiciosos. Esto es crucial para no depender de la energía rusa en el futuro y poder cumplir nuestros objetivos climáticos. La votación de hoy es una gran victoria; no solo es buena para nuestro clima, sino mala para Putin".
El Parlamento adoptó la legislación por 471 votos a favor, 147 en contra y 17 abstenciones, y ahora deberá ser aprobada por el Consejo antes de entrar en vigor.