Además, para producir los alimentos que no se consumen por la pérdida y el desperdicio alimentario se utiliza la cuarta parte del agua dulce que se ocupa en la agricultura en todo el planeta y 300 millones de barriles de petróleo que facilitan la producción y el transporte de los productos que llegan a los comercios tras recorrer miles de kilómetros.
En el caso de España, una parte del petróleo que se destina al transporte, porque el alimento medio que se compra en el mercado “ha recorrido antes de llegar a nuestra boca entre 2.500 y 4.000 kilómetros”, sostiene el ingeniero agrónomo y doctor en Genética, José Esquinas. En una lista de cifras desorbitantes del sistema agroalimentario actual, en el mundo se utilizan “1.400 millones de hectáreas para producir los alimentos que no va a consumir nadie, el equivalente a 27-28 veces el tamaño de España si todo el territorio español fuese fértil”.
Sin embargo, según datos de Naciones Unidas, se desperdicia un tercio de la producción mundial de alimentos, es decir 1.300 millones de toneladas métricas al año, asevera el investigador y máster en Horticultura por la Universidad de California que trabajó durante años en la FAO.
Otro de los orígenes del desperdicio de comida son los caterings, ya que en dichos servicios sobra entre el 20% y el 50% de los alimentos que se reparten según cifras de Equoevento. Y además del desperdicio de comida que se realiza en cada evento, hay que tomar en cuenta la huella hídrica que significa la organización y limpieza que estos implican: desde la elaboración de los alimentos hasta la limpieza de las herramientas de trabajo para llevar la mejor experiencia de catering a los comensales.
Por ello, AMATI box busca transformar la industria del catering con acciones sustentables y responsables con el medio ambiente y en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “Somos conscientes de la huella que deja en el ambiente lo que hacemos. Según datos de la FAO, el desperdicio de alimentos influye en el desarrollo del cambio climático al ser responsable del 8% de emisiones de las emisiones GEI. Por ello, hemos querido apegarnos a la definición de evento sustentable del PNUMA que habla sobre minimizar los potenciales impactos negativos ambientales para dejar un legado para la comunidad anfitriona y todos los involucrados, y llevar este concepto a cada paso que damos en la elaboración y repartición de nuestros alimentos”, comentó Sebastien Roucher, CEO de AMATI box.
Para hacer realidad estos preceptos, la compañía ha adaptado el concepto del Zero Waste basado en 7 principios R: reducir, reutilizar, reparar, reubicar, reciclar, reincorporar y rechazar. En ese sentido, lo que está haciendo la empresa es construir un programa para recuperar sus box y las botellas. Los box son recuperados por ECOCE y al ser biodegradables tienen una vida de 6 meses, lo que hace que se puedan degradar más fácil en el ambiente.
Aunado a esto, el objetivo de hacer box individuales es reducir al 80% el desperdicio de comida, además de aplicar acciones de mercado justo. Con dichas acciones, AMATI BOX impulsa una economía circular que beneficia a la marca y al medio ambiente.
En función con la cifra que muestra que el 40% del desperdicio de alimentos se realiza en empresas orientadas a la hospitalidad y que el desperdicio de alimentos consume hasta en 21% del agua dulce de todo el planeta, AMATI box ha desarrollado una serie de consejos para que los corporativos sean más sustentables: