Entre los principales resultados del estudio se destaca que el 54% de los consejeros y miembros de las Comisiones de las principales compañías cotizadas y no cotizadas en España, considera que la Comisión de Auditoría es la principal responsable de elevar los asuntos ESG (por sus siglas en inglés, Environmental, Social y Governance) al Consejo de Administración, por delante de la Comisión de Sostenibilidad. Otro de los resultados destacados tiene que ver con la importancia de la formación, individual y grupal, para el desarrollo del conocimiento y la experiencia en materia ESG.
“La aparición de los asuntos ESG en la agenda de los Consejos ha generado cambios tanto en su configuración —desarrollo de nuevas Comisiones— como en la asignación de responsabilidades, modificando el statu quo anterior y exigiendo a las compañías adaptar el papel y funciones de cada una de sus Comisiones a esta nueva situación” ha destacado Mario Lara, director del Center for Corporate Governance de Esade y director de Esade Madrid. “En este estudio hemos querido focalizarnos en la Comisión de Auditoría y Control, que es probablemente la Comisión en la que más impacto ha tenido este nuevo ámbito”.
El informe subraya que la definición de los roles del Consejo y de las Comisiones en los asuntos ESG se encuentra poco desarrollado, y por ello hay que trabajar en crear marcos normativos, regulatorios y estándares en este ámbito. Los autores del estudio inciden, además, en la importancia de mejorar la coordinación entre las comisiones, para evitar solapar funciones entre las diferentes áreas. En esta línea, un 92% de los encuestados apunta al reporting no financiero como el área donde las Comisiones de Auditoría orientan su enfoque, pero existe un solapamiento con la Comisión de Sostenibilidad. Por ello, este sería el ámbito que requiere “de un mayor esfuerzo de clarificación por parte del Consejo y también en la asignación de competencias”. Por detrás, aparecen los sistemas de control interno (83%) y la gestión de riesgos ESG (76%) como las principales áreas en las que trabajan las Comisiones de Auditoría.
Además el estudio apunta al papel del auditor interno, que según los expertos debe mejorar su conocimiento y especialización en materia ESG. El principal rol de este perfil, según el estudio, es la revisión y la verificación de la información no financiera (65%), seguido por el aseguramiento de los riesgos ESG (56%), que engloba la evaluación de materialidad, la revisión de métricas y de informes ESG.
La tecnología y la seguridad es otro de los temas destacados, donde los autores del estudio sugieren que se debe aumentar la inversión. Un 68% de los encuestados considera a la ciberseguridad como el principal riesgo no financiero. Este riesgo, que se ha incrementado y que puede afectar en el corto plazo, puede tener un impacto en el cumplimiento, la reputación o incluso la paralización de operaciones. “La ciberseguridad puede generar importantes costes y también afectar gravemente a la sostenibilidad del negocio”, defiende el estudio. A ella hay que sumar la ética corporativa (45%), que incluye elementos como el fraude, el blanqueo de capitales o la anticorrupción; y las emisiones y huella de carbono (39%).