Además de conseguir la escalabilidad del negocio, manteniéndose firmes al compromiso, las startups se encuentran con el reto de la cadena de suministro. Es el caso de Revolución Limo que reutiliza el plástico para fabricar muebles de diseño dando una solución estética y sostenible. Su fundadora, Marta Foncillas, explicó que “ser los primeros en algo tiene sus ventajas, pero también tiene sus inconvenientes. Un gran reto fue encontrar el material para fabricar mobiliario porque, actualmente ya hay mucha experiencia reciclando plástico, pero el tipo de plástico que necesitábamos entonces no existía. Ha sido un camino duro, pero muy gratificante porque estamos donde queríamos y cumpliendo metas. Nos estamos dando cuenta de que era el camino correcto que seguir”.
En el momento de hablar de la sensibilización del consumidor por productos más sostenibles y respetuosos con el planeta, la fundadora de Revolución Limo explicó que el hándicap con el que se encuentran es que “el sector del mueble es un gran desconocido y los referentes son marcas low cost. Para el usuario final, nuestros precios son más caros porque consideran como normal otros precios”. Por ello, destacó la importancia de la sensibilización y la transparencia: “Tienes que saber transmitir el valor de tus productos. No puedes esperar que la gente compre pagando más sin contarle las cosas. Hay un trabajo muy grande en dar a conocer el material que utilizamos y que la gente pueda ver y tocar los acabados”.
Pero más allá de los desafíos, el trabajo y la importante labor de concienciación y sensibilización, Marta Foncillas concluyó su intervención afirmando que “hay que cambiar el sistema y las cosas se tienen que hacer de otra forma. Las empresas deben tener un propósito y la economía tiene que ser circular”.