04/10/2022 07:34:08

La inclusión y la educación financiera mitigan la desigualdad de rentas

Según un estudio de la Cátedra Caixabank de Economía Sostenible de la Universidad Pontificia Comillas

La Cátedra CaixaBank de Economía Sostenible de la Universidad Pontificia Comillas acaba de dar a conocer los resultados de un informe en el que se asegura que el efecto conjunto de la inclusión financiera y la educación financiera mitiga la desigualdad de rentas. “En los últimos años la desigualdad de rentas se agudiza en muchos países desarrollados”, explica Elisa Aracil, directora de la cátedra que ha elaborado el estudio. “Tanto la desigualdad de rentas como las trampas de desigualdad, es decir, las condiciones exógenas que perpetúan la desigualdad intergeneracional, pueden mitigarse fomentando la igualdad de oportunidades”, añade.

El estudio de la Cátedra CaixaBank de Economía Sostenible recuerda que en España y Portugal se considera educado financieramente al 49% y 26% de la población adulta sobre cuatro conceptos financieros (inflación, riesgo, diversificación e interés compuesto, siendo este último el más desconocido entre la población adulta). Además, apunta a que la banca comercial tiene un papel fundamental en la promoción de la igualdad de oportunidades, puesto que canaliza la financiación necesaria para invertir en capital humano (salud y educación en particular). Es decir, el acceso a servicios financieros básicos puede mitigar la desigualdad de oportunidades entre grupos de población. Sin embargo, a pesar de los avances en inclusión financiera o bancarización de la población, la desigualdad de rentas sigue siendo un gran reto social.

Este estudio de la Universidad Pontificia Comillas –que utiliza datos abiertos de las bases de datos de Banco Mundial y de S&P– propone que la educación financiera debe complementar el avance de la inclusión financiera para conseguir un impacto en la reducción de la desigualdad de rentas, tal como especifica el ODS 10. El desafío consiste en proporcionar de forma extensiva el acceso a los servicios financieros básicos a la par que una adecuada educación financiera garantice el uso adecuado de los mismos. Se trata por tanto de asegurar un nivel de educación financiera suficiente para entender el alcance de los productos de crédito, ahorro, pagos, y otros productos de gestión de riesgos y así facilitar una asignación eficiente de recursos y un desarrollo inclusivo, sin dejar a nadie atrás. “Estos resultados presentan importantes implicaciones académicas y de gestión de las entidades financieras y los poderes públicos. En particular, sugieren que el sector financiero tiene un papel fundamental en la reducción de la desigualdad si se acompaña de políticas de educación financiera.”

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