En el marco de conmemoración del Día Mundial de los Derechos Humanos – que se celebra cada año el 10 de diciembre - y conscientes de la necesidad de tomar acciones en este sentido, el Pacto Mundial de Naciones Unidas España, la iniciativa líder en sostenibilidad empresarial, ha lanzado una plataforma online en abierto para avanzar hacia el trabajo digno en las cadenas de suministro partiendo de esta palanca de acción.
Los Principios Rectores de Empresas y Derechos Humanos establecen que las empresas deben cuidar de los derechos humanos con la debida diligencia para identificar, mitigar y dar cuenta de cómo hacen frente a los efectos adversos de su actividad sobre estos derechos. Como vía para abordar esta grave problemática, las compañías deben tomar la iniciativa para promover salarios dignos en sitios donde se han identificado como bajos, independientemente la debilidad de las legislaciones de algunos países.
Esta nueva plataforma, disponible tanto en inglés como en castellano, acerca al ecosistema empresarial a comprender en profundidad el concepto de salario digno como un aspecto esencial del trabajo decente y su importancia para reducir la pobreza laboral. De igual manera, destaca los beneficios ligados a garantizar un salario digno a todos los empleados, tanto los empresariales como los ligados a la consecución de la Agenda 2030.
Para poner en marcha estrategias salariales eficaces, la plataforma aporta a las empresas las herramientas, recursos, los pasos necesarios y las lecciones aprendidas de empresas homólogas para desarrollar un plan de implementación.
Garantizar salarios dignos en la cadena de suministro impacta plenamente con el Principio 2 del Pacto Mundial de Naciones Unidas, con el Principio 3 en lo referente a la negociación colectiva y sobre los Principios Rectores de Empresas y Derechos Humanos. Pero, además, esta garantía actúa como un aceleradora para alcanzar determinados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como el Objetivo 1, fin de la pobreza; el Objetivo 5, igualdad de género; el Objetivo 8, trabajo decente y crecimiento económico, y el Objetivo 10, reducción de las desigualdades.
La pobreza laboral continúa siendo una realidad en todo el mundo y se ha visto agravada por la crisis de la COVID – 19. Las cifras reportadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) son alarmantes: un 8% de los trabajadores a nivel global están clasificados como trabajadores pobres y 327 millones de asalariados reciben sueldos por debajo del salario mínimo aplicable por hora.
Esta cifra representa 19% de todos los asalariados e incluye a 152 millones de mujeres. Más de 630 millones de trabajadores en todo el mundo, lo que representa el 19% de todos los empleados, no ganaron lo suficiente para salir ellos y sus familias de la pobreza extrema o moderada en 2019. Todo esto contribuye a que más de 700 millones de personas alrededor del mundo continúan viviendo en la pobreza.
Un estándar de vida adecuado y unas condiciones laborales justas y favorables son derechos humanos reconocidos universalmente. La Declaración de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales resaltan el indisoluble vínculo entre empleo y un adecuado nivel de vida, y brindan a las empresas la oportunidad de actuar para respetar estos derechos a través del establecimiento de salarios dignos.
Las acciones destinadas a asegurar remuneraciones justas en las cadenas de suministro para las empresas compradoras pueden actuar como palanca para cumplir con los requisitos de afiliación a iniciativas o plataformas o para cumplir con los compromisos de sostenibilidad pública. Más allá de esto, existen motivaciones regulatorias, comerciales y de reputación significativas por parte de inversionistas, consumidores y organismos reguladores. Los beneficios para los compradores pueden ser directos -en términos de manejar una oferta de calidad, una efectiva gestión del riesgo y al mejorar su prestigio- e, indirectamente, al promover e implementar los procesos y cambios necesarios al sistema para mejorar los resultados de la empresa.
Los proveedores, por su parte, pueden desbloquear oportunidades fruto de las mejoras salariales a los trabajadores peor retribuidos, como una reducción en los costes de capacitación, una mayor motivación y compromiso, que redunda en mejoras de la productividad y calidad o una mejora en la reputación, entre otras.