“El sector asegurador en general, y AXA en particular, está preparado para abordar los riesgos vinculados al clima. Financiamos y promovemos la investigación, contamos con datos de siniestros con los que realizamos modelos predictivos, e influimos en el comportamiento medioambiental de empresas y ciudadanos a través de nuestras inversiones con un objetivo: mejorar el conocimiento y preservar la biodiversidad”, asegura Josep Alfonso, director de Comunicación, Responsabilidad Corporativa y RRII.
Aunque ya en 2018 AXA España se convirtió en una entidad neutra de carbono, esto no se ha traducido en una relajación de su empeño por reducir el impacto de su actividad sobre el medioambiente. Así, el consumo energético en 2020 se redujo un 28%, lo que en términos de CO2 equivale a una reducción del 18%. Del mismo modo, los viajes de trabajo disminuyeron un 82%, un 83% en términos de CO2.
Por otro lado, la distancia total recorrida por la flota de vehículos de AXA en España (comerciales y de dirección) fue de 3,2 millones de km, un 63% menos con respecto a 2019. En términos de CO2 la reducción fue similar, del 61%. Al igual que ha sucedido con la energía y los viajes de trabajo, si bien la fuerte reducción de 2020 estuvo condicionada a la limitación de los desplazamientos por la COVID19, la compañía ha ido implantando diversas iniciativas desde hace años que han hecho posible una reducción del 71% entre 2012 y 2020. La última de ellas fue la elección en 2019 de un coche híbrido enchufable para la flota de dirección y la instalación de más de 50 postes para su carga.
El uso del papel en las oficinas (medido como kg por empleado. Kg/FTE) también ha estado en el punto de mira. Su consumo total fue de 1 kg/TFE en 2020, frente a los 3 kg/FTE de 2019 y los 14 kg/FTE de 2012, lo que representa unas reducciones del 71% y 94%, respectivamente; y lo que demuestra a su vez que, más allá del fuerte impacto de la COVID-19, la compañía ha logrado una sustancial mejora debido a la puesta en marcha de numerosas medidas paperless, entre las que caben destacar la eliminación de impresoras y papeleras individuales; campañas de concienciación, reducción de las impresoras, etc. En cuanto al papel utilizado para las comunicaciones a clientes, la progresiva implantación de la póliza digital entre los distribuidores, unida a la eliminación de las campañas de marketing en papel, han logrado que de 2012 a 2020 se haya reducido su consumo en un 79%, hasta situarse en 0,04 kg/cliente.