“En este nuevo contexto, no podemos permitirnos desaprovechar el talento y productividad que podemos aportar todos y cada uno de nosotros, mujeres y hombres. Asimismo, debemos evitar y corregir los retrocesos en materia de género que se han producido durante el confinamiento y que han sido especialmente notorios en ámbitos como el empleo y la conciliación”, afirma Ana Polanco, directora del Comité Ejecutivo de ClosinGap, presidenta de ASEBIO y Directora de Corporate Affairs & Market Access de Merck. Y añade: “En la era post-covid no se pueden seguir acentuando las brechas de género que ya existían en la sociedad, y la igualdad de género debe situarse como prioridad y eje estratégico para impulsar el crecimiento social y económico del país. Estamos ante un reto, pero también una oportunidad única, y es hora de que todos rememos en la misma dirección para construir una sociedad más próspera, desarrollada e igualitaria”.
Más de dos tercios de las madres españolas se han visto obligadas a quedarse en casa mientras se aplicaban las medidas de distanciamientos social debido a que trabajan en sectores no esenciales o no trabajan, lo que repercutirá en el medio o largo plazo en sus perspectivas profesionales. A la luz de los datos arrojados por la EPA del II trimestre publicada hoy, ClosinGap advierte que la tasa de paro de la mujer sigue agudizándose y se sitúa en el 16,72% frente al 14,13% de los hombres; asimismo, el número de mujeres activas baja en 594.100 frente a los 424.900 de los hombres. Lo mismo ocurre con la tasa de actividad, donde la femenina baja hasta el 50,05%, frente al 61,35% de los hombres. Por todo ello, las mujeres tienen en la actualidad más probabilidades de perder su empleo que los hombres, ya que las trabajadoras están más vinculadas que los trabajadores a empleos directamente afectados por la crisis sanitaria, como es el caso de la hostelería, el comercio y el servicio doméstico. Según la EPA, el sector más impactado es el de Servicios con 816.900 ocupados menos, donde tradicionalmente el peso de la mujer es mayor.
En los distintos análisis realizados en esta materia, desde ClosinGap indican que si se cerrasen tanto la brecha en la tasa de empleo como la brecha en la tasa de parcialidad, el PIB español podría incrementarse en 201.913 millones de euros lo que se traduciría en un incremento del 16,8% del PIB del año 2018. Este incremento potencial de la producción vendría impulsado por una creación de empleo femenino de 2,3 millones y por el traspaso de mujeres que actualmente trabajan a tiempo parcial y que pasarían a hacerlo a tiempo completo. Por tanto, es real y medible el gran impacto que la mujer puede tener como palanca para la recuperación económica actual.
También el teletrabajo está repercutiendo en el empleo femenino. Según un barómetro elaborado por la consultora GAD-3, un tercio de la población española ha estado teletrabajando durante la pandemia. Se advierte pues un cambio en el mercado laboral hacia una mayor flexibilidad, pese a ello, en España hay menos proporción de mujeres que de hombres que trabajen normalmente desde casa (4,7% y 4,9% en 2019, respectivamente, según anteriores estudios de ClosinGap), aun siendo las que más se encargan de las labores domésticas y del cuidado de familiares. De hecho, las mujeres emplean cerca de 2 horas más que los hombres a las tareas domésticas; diferencia que, de no existir, podría aportar al PIB cerca de 100.000 millones de euros, es decir, casi 9 puntos. Estos datos sugieren un posible deterioro de las oportunidades laborales de las mujeres y conviene atenuar lo que podría ser un incremento de la desigualdad de género, ya que las mujeres están teniendo más dificultades para conciliar su vida profesional y familiar en el nuevo escenario que ha traído consigo la COVID-19.
Para abordar los múltiples cambios de transformación social que la crisis del coronavirus está acelerando y hacerlo con garantías de género hacia una sociedad más igualitaria, ClosinGap percibe la necesidad de impulsar medidas en el ámbito del empleo y la corresponsabilidad en el hogar, tales como, apostar por una reforma horaria, más teletrabajo y flexibilidad y un nuevo impulso a la conciliación. En esta línea, de la actual situación, se desprenden varias oportunidades claras: la posibilidad de incrementar la corresponsabilidad en las tareas del hogar podría derivar en cambios sociales profundos a largo plazo; y la instauración del teletrabajo podría contribuir a una mejor conciliación en general de la vida laboral y familiar.