Para ello, Endesa ha completado el diseño de la segunda fase del plan, cumpliendo lo esbozado en la presentación de la primera fase, y que se sostiene sobre dos ejes bien definidos:
1. Endesa Familias. La inclusión social es el objetivo, a través de proyectos de apoyo a familias en situación de vulnerabilidad en los territorios más afectados. Endesa quiere minimizar el riesgo de exclusión y para ello debe seguir ayudando a la cobertura de sus necesidades básicas. En la anterior fase del plan, casi 200.000 familias vulnerables fueron atendidas (con lo aportado por Endesa, su Fundación y los empleados a través de microdonaciones).
2. Endesa Activa. Reactivación económica. Medidas que propicien la reactivación del tejido empresarial español.
Lecciones aprendidas
Esta segunda fase del Plan de Responsabilidad Pública de Endesa se apoya en lo aprendido y conseguido en esa fase inicial en la que, junto a la Fundación Endesa, se han establecido y fortalecido lazos de colaboración con entidades, instituciones y otras fundaciones en un tiempo record. Según el consejero delegado de Endesa, José Bogas, “la capacidad de la sociedad para, con agilidad, unir esfuerzos y volcar la dirección de sus proyectos hacia un foco distinto y solidario, debe ser una de esas lecciones aprendidas que han llegado para quedarse. La vida es impredecible, cierto, pero que hace falta un esfuerzo de todos para superar los retos, eso sí es predecible”.
Con esta segunda fase, la compañía quiere reforzar un mensaje que forma parte de su estrategia global: la necesidad de no dejar a nadie atrás, en cualquier transición energética, económica o social que se plantee. La transición justa, la sostenibilidad, exige que el bien sea para todos.
Endesa subraya la importancia de seguir muy pendientes de las necesidades sociales para que la situación actual no nos haga pensar que se puede volver a la situación anterior al estado de alarma. Miles de negocios, miles de familias, están en un nuevo y difícil escenario. Endesa ha gestionado una de cada dos peticiones de suspensión de contrato de electricidad realizadas durante el estado de alarma, en concreto, 15.182 (el 55% del total nacional) y el 47% de las solicitudes de aplazamiento del pago de las facturas, lo que ha permitido a 14.406 clientes de la compañía aplazar el pago de la electricidad durante lo peor de la crisis. Además, la compañía ofreció, voluntariamente, el aplazamiento del pago a clientes domésticos, con buen historial de pago, que por ley no iban a sufrir cortes de suministro, pero para que tuvieran facilidades en sus facturas. Endesa ha recibido también 2.541 solicitudes para acceder al bono social de trabajadores autónomos que han cesado su actividad o reducido su facturación en un 75% por la pandemia y no superaban determinados niveles de renta, los nuevos supuestos reconocidos para acceder al bono social durante el estado de alarma. Y Endesa ha realizado 67.347 solicitudes de modificación de potencia para adecuar la potencia eléctrica contratada por las empresas o autónomos a las nuevas condiciones provocadas durante la crisis y reducir así sus costes fijos, lo que supone que la compañía ha atendido el 57% de las 117.494 peticiones de ajuste realizadas por todo el sector eléctrico en España.