21/04/2020 08:00:22

COVID-19, la crisis sanitaria, económica y social que pone a prueba la RSE

CompromisoRSE analiza la respuesta empresarial ante la emergencia

A través de sus programas de Responsabilidad Social Corporativa, una gran multitud de empresas y entidades están dando respuesta para aportar soluciones frente a la crisis sanitaria, social y financiera sin precedentes provocada por la pandemia de la COVID-19. En este reportaje de CompromisoRSE hacemos un balance de las principales iniciativas que las compañías, con independencia de su sector y tamaño, han puesto en marcha para ayudar a los distintos stakeholders. Un análisis que ofrece una radiografía muy clara del cambio que han protagonizado los programas de Responsabilidad Social Corporativa para pasar a ser parte de la solución a esta crisis.

Desde que la crisis sanitaria llegó a España, empresas de diferentes sectores y tamaños se han volcado en paliar la crisis sanitaria y sus consecuencias sociales y económicas, ya sea a través de iniciativas propias o sumando alianzas interempresariales y con entidades del Tercer Sector.

Así pues, la rápida propagación del coronavius en España se tradujo, en un primer momento, en una saturación de los hospitales y puso de manifiesto la falta de material sanitario, tanto para atender a los pacientes como para proteger al personal médico. Ante esta situación farmacéuticas como Novartis y Sanofi anunciaron donaciones masivas de dosis de hidroxicloroquina para tratar a varias decenas de miles de pacientes españoles hospitalizados por COVID-19 y Bayer donó 800.000 euros para el Sistema Nacional de Salud, así como la donación de equipamiento técnico.

En el sector textil y de la moda, empresas como Mango, Inditex o Pronovias, entre otras, se volcaron en la fabricación de mascarillas y batas de protección, los ya conocidos EPI. Mientras que empresas como Leroy Merlin han donado el material necesario para su fabricación. Por su parte, el sector químico español también se ha volcado en la solución a esta crisis sanitaria manteniendo de modo que Dow y Covestro han mantenido al 100 por 100 la producción de los productos más esenciales, más alla de donativos económicos.

La situación de emergencia también ha llevado a las empresas a realizar cambios en sus cadenas de producción. De este modo la línea de fabricación del SEAT León en la planta de Martorell ha dejado de producir coches para fabricar respiradores asistidos. Mietras que Repsol ha adaptado su centro de investigación Repsol Technology Lab, especializado en la producción del combustible y el lubricante de las motos de Marc y Álex Márquez, para fabricar 10.000 litros hidrogel a la semana que se están donando a los hospitales de Madrid. En la misma línea, Henkel ha realizado cambios en sus instalaciones de producción y ha empezado a producir desinfectantes en las fábricas seleccionadas con la voluntad de donar 50.000 litros de este producto, cada vez más preciado, a instituciones públicas y grupos profesionales en la lucha contra el coronavirus. Mientras, Garnier, segunda marca del Grupo L’Oréal, contribuye a esta emergencia sanitaria con la producción y distribución gratuita de 200.000 unidades de gel limpiador hidroalcohólico entre los empleados de sus minoristas de alimentos y perfumerías.

Mantenimiento del empleo

A pesar de las facilidades decretadas, de forma excepcional, por el Gobierno para que las empresas se puedan acoger a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), son muchas las que han apostado por el mantenimiento de sus plantillas. De hecho, las grandes empresas han anunciado su compromiso por mantener el 100% de los puestos de trabajo a medio plazo. No obstante, la movilidad reducida de la que ha comportado el estado de alarma ha llevado a muchas compañías, la mayoría de ellas grandes empresas y multinacionales, a apostar por el teletrabajo y mantener, así el nivel de servicio a sus clientes y usuarios.

Prácticas destacables en este ámbito ha sido la de BBVA, cuyos directivos han renunciado, a nivel global y en los distintos países, a toda nuestra retribución variable del año 2020. Mientras que las empresas de alimentación, comercio y distribución han anunciado diferentes primas primas o bonus que recibirán los trabajadores de primera línea a quienes la crisis les ha comportado un mayor volumen de trabajo.

Otras medidas destacadas han sido las que han adoptado las entidades financieras para dotar de liquidez al sistema, mejorando así las decretadas n el real decreto del gobierno. Sin olvidar todas las iniciativas colaborativas de donaciones de alimentos a entidades como Cruz Roja, a través del Plan Cruz Roja Responde, o los bancos de alimentos para ayudar a los colectivos más vulnerables y hacer frente al incremento de la demanda

¿Cuál es el papel de la RSE?

Estas son solo algunas de las medidas, que les hemos ido detallando a lo largo de las páginas de compromisorse.com, pero nos hemos querido preguntar cómo está crisis pone a prueba la RSE.

Desde la declaración del Gobierno del estado de alarma, el pasado sábado 14 de marzo, está creciendo exponencialmente la respuesta del sector empresarial para aportar soluciones que ayuden a combatir la emergencia sanitaria provocada por la COVID-19, y la consecuente crisis social y económica, en beneficio de la población en general.Y es que tal y como afirma el director de Desarrollo Corporativo de Forética, Jaime Silos, “COVID-19 es una crisis sistémica que pone de manifiesto un conjunto de vulnerabilidades que abarcan distintos ámbitos: desde el sanitario, socioeconómico y político. Ante su envergadura, estamos a la espera de conocer qué consecuencias reales se derivarán de la misma, aunque ya podemos ver los primeros síntomas claros en el nivel de endeudamiento, daño en el tejido empresarial, desempleo y riesgo de pobreza para un amplio porcentaje de la población”.

Ahora la pregunta es ¿qué papel está jugando la RSE? A lo que la directora global de Ética Corporativa y Sostenibilidad de Telefónica, Elena Valderrábano, sostiene que “la RSE es ahora más necesaria que nunca porque se va a precipitar y profundizar la necesidad de transformar la relación de las empresas con nuestros principales grupos de interés. Las compañías tienen mucho que decir para impulsar los Derechos Humanos, hoy y en el futuro. Al marco ‘Proteger, Respetar y Remediar’, de los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de las Naciones Uni- das, quizás habría que añadir ‘promover’.

En este sentido, la directora de Relaciones Internacionales y Sostenibilidad de Correos, Elena Fernández Rodríguez, remarca que “estas semanas hemos visto como aquellas organizaciones que mejor integrada tenían la RSE en su estrategia y operativa diaria, son las que mejor han podido adaptarse y responder ante una situación imprevista y de gran impacto social y económico como la actual. Esta integración ha permitido desde la instauración del teletrabajo a la adaptación de sus modelos y cadenas de valor para responder y tener un impacto positivo en una situación tan crítica”.

A lo que la directora de Desarrollo Sostenible y Equidad de SUEZ en España, Dulcinea Meijide, añade que “la RSE ayuda a identificar y anticipar riesgos globales y reforzar la resiliencia de las organizaciones. El cambio climático, las grandes des- igualdades y la necesidad de cuidar de la salud y el bienestar de las personas y del planeta son una cons- tante que aparece en la hoja de ruta global definida por Naciones Unidas a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y las empresas que han incorporado el desarrollo sostenible en sus estrategias han demostrado ser más resilientes ante la pandemia”.

Y en palabas de Javier Perera, director general de Personas y Recursos de Enagás, “la sostenibilidad es clave en la situación actual. Estamos viviendo un momento crítico en el que nuestros grupos de interés esperan una respuesta de las compañías alineada con los compromisos adquirdos. En este sentido, aspectos como el propósito social, los valores y principalmente, la protección de las personas, deben ser gestionados para continuar generando valor para nuestros grupos de interés”.

Por su parte la responsable de Comunicación, Asuntos Públicos Corporativos y Sostenibilidad de Bayer Laura Diéguez, comenta que “nos encontramos en una situación excepcional en la que estamos viendo también reacciones excepcionales por parte de todos los actores de la sociedad. Y las empresas no podíamos sino estar a la altura. La RSE es de vital importancia en momentos de emergencia, especialmente cuando está consolidada, porque permite desbloquear recursos con sentido de urgencia y complementar las necesidades que de otro modo difícilmente podrían cubrirse. No estamos hablando solo de donaciones, sean estas económicas o en especie, que también, sino de asegurar que estamos dando el máximo, con la máxima responsabilidad, en todos los elementos de la cadena de valor de la compañía.

Las lecciones aprendidas

Se trata de un conjunto de medidas puestas en marcha en un tiempo récord por las administraciones, empresas y entidades sin ánimo de lucro que buscan beneficiar a miles de autónomos, pymes, micropyme y familias, es decir, a la sociedad en general que, a la vez, son sus clientes, sus usuarios y sus proveedores.

El director de Comunicación y Sostenibilidad de Vodafone, Jaime de Andrés, considera que “esta crisis nos ha hecho poner el foco en la parte social de la sostenibilidad, y nos ha hecho comprender la importancia de adoptar prácticas responsables en todas y cada una de las unidades de negocio, esta es una importante lección a aprender, pero debemos ser conscientes también de otras áreas de la sostenibilidad que no van a desaparecer, como el riesgo de cambio climático, que tendremos que afrontar también desde una perspectiva transversal en todas las actividades que realiza de la compañía”.

Mientras que el director de Personas, Calidad y Gestión Ética, Responsable y Excelente de Calidad Pascual, Joseba Arano, opina que “probablemente, esta situación nos esté enseñando que, como sociedad, somos más fuertes de los que creíamos y que la colaboración es fundamental para afrontar cualquier escenario que se nos pueda plantear, ya que juntos, podemos superar cualquier cosa”.

Por su parte, la directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de Dow para España y Portugal, Claudia Granadeiro Tagliavini, comenta que “una de las lecciones que hemos aprendido de las crisis es que no hay mejores embajadores que nuestros propios empleados y que hay que predicar con el ejemplo empezando en casa. El futuro de la RSE pasa por un diálogo cada vez más fluido con nuestros grupos de interés y por tomar decisiones rápidas dentro de los Comités de Dirección”.

A lo que la directora de Comunicación Institucional de ALDI, Sílvia Segarra, añade: “Estas semanas nos han mostrado lo necesaria que es la agilidad y flexibilidad de las empresas ante entornos complejos, cambiantes e inciertos. Pero sobre todo se ha hecho evidente la necesidad de actuar y de tomar consciencia del rol y compromiso social por parte de todos, incluidas las empresas. La situación actual nos ha demostrado que la única manera viable, sostenible y adecuada de actuar en este momento es hacerlo con responsabilidad y sensibilidad”.

Con todo ello, Marta Martín, VP Corporate Responsibility & Internal Communications de NH Hotel Group, considera que “hemos entendido qué significa realmente vivir en un mundo globalizado e intercomunicado y cuál es su impacto.Teníamos más o menos consciencia de las bondades de ello, pero ahora vemos también la incertidumbre y volatilidad que existe. Esto nos obliga a tener que ser mucho más flexibles ante escenarios adversos”. Y añade: “Lo que se espera de las compañías no es solo que se haga ahora lo correcto, sino que esto sea realmente un punto de inflexión sobre cómo debería ser un negocio responsable en adelante. Para mí el mayor aprendizaje de esto es que debemos trabajar para alcanzar un objetivo común, y eso implica la necesidad de crear alianzas sólidas en todos los niveles”.

Y Antonio Fuertes, responsable de Reputación y Sostenibilidad de Naturgy, comenta que “uno de los aprendizajes quizás más importantes es que las empresas pueden ser un agente de respuesta eficaz ante las crisis, tomando decisiones con anticipación y agilidad. En cuanto al futuro de la RSE, seguirá siendo necesaria y no hay marcha atrás en una serie de prácticas ya consolidadas. No hay que ocultar que la incertidumbre económica en el momento actual añade una serie de retos a toda la sociedad y a las empresas como parte nuclear de ella y por tanto a la RSE. Las empresas pueden hacer mucho por el bienestar, la cohesión y la convivencia. El futuro no está escrito. Como respondamos a esos retos marcará la diferencia”.

Por su parte, Ana Sainz, directora general Fundación SERES, pone una nota positiva al futuro después de la pandemia: “Una emergencia sanitaria como la que estamos viviendo nos dejará seguramente un mundo diferente al que conocemos, que desnudará de lo accesorio (como hacen habitualmente las crisis) y que probablemente nos ofrecerá un entorno con nuevas oportunidades de innovar, mejorar y trabajar por impactar de una manera positiva en la sociedad. La incertidumbre reina, pero no me cabe la menor duda de que las empresas son los agentes mejor preparados para afrontar los cambios, asumir el liderazgo y aportar soluciones a los retos sociales, que no son ni serán pocos”.

La Agenda 2030, más necesaria que nunca

La pandemia de coronavirus y sus implicaciones a nivel sanitario, social y económico ponen de relieve la importancia de la responsabilidad y la sostenibilidad. Recientemente, la Red Española del Pacto Mundial ha traducido al castellano el “Informe sobre liderazgo empresarial para lograr un planeta sano con personas sanas”, publicado por UN Global Compact a finales del 2019, que demuestra la absoluta vinculación entre el clima, la salud y la economía, todo ello en la lógica de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Según Lise Kingo, directora ejecutiva de UN Global Compact, es importante conocer y gestionar la “relación entre el cambio climático, la degradación de nuestros sistemas naturales y la salud humana”. De este modo, a lo largo de sus páginas se pone en valor cómo la actividad humana afecta al clima y a la naturaleza, lo que a su vez influye en la salud y el bienestar humano y, por consiguiente, a la productividad y al desarrollo socioeconómico. Ante este informe la Red Española del Pacto Mundial asegura que “la emergencia sanitaria derivada de la COVID-19 que atravesamos actualmente no puede hacer olvidar el sentido holístico que tiene la salud y el importante papel que juega el sector privado en ésta. Se trata de reconocer los daños que las empresas pueden causar a las personas y al planeta y, a su vez, poner en marcha las medidas necesarias para reducirlos. En este sentido, es capital la búsqueda e implementación de modelos de negocio innovadores para que las generaciones futuras puedan vivir en un mundo mejor”.

Laia Mas, Public Affairs & Sustainability director de Danone, opina que el futuro de la RSE pasa por ampliar el foco de acción para llegar al mayor número posible de colectivos, y por una colaboración más estrecha entre todos los agentes implicados, para asegurar que la ayuda llega allí donde más se necesita. La emergencia sanitaria actual ha paralizado la economía y, aunque esto es algo que afecta a la sociedad en su conjunto, tiene una incidencia especial en determinados hogares o familias que ya se encontraban en una situación de vulnerabilidad”.Y todo ello sin olvidar el medio ambiente: “Otro elemento que clave es la protección de nuestros ecosistemas y del medio ambiente. No podemos plantearnos volver a la normalidad previa a esta crisis. Sería un error. Nuestra visión como compañía es que la salud del planeta y la de las personas están interrelacionadas, y que la una no puede darse sin la otra”.

En este sentido, la directora de Comunicación de Covestro España, Mònica Costa, opina que “la salida a la actual crisis pasa ineludiblemente por configurar un modelo económico en el que los principales retos medioambientales, como es el cambio climático y la protección de la biodiversidad, sean pilares fundamentales. En la actualidad, existen planes en esta línea, pero es necesario dar un paso más y apostar por una recuperación verde, es decir, estrategias de inversión basadas en objetivos de sostenibilidad que contribuyan a una rápida recuperación económica y social y, en consecuencia, a mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad”.

Mientras que en opinión de Dulcinea Meijide, de SUEZ España, “estamos cada día aprendiendo nuevas lecciones ante la pandemia. Es la primera vez que nos encontramos ante una emergencia mundial que ha removido los cimientos de la sociedad, cambiando todas nuestras vidas y prioridades. Y somos conscientes de que va a haber un antes y un después de la pandemia. El criterio científico recobra su valor y, aunque todavía hay mucho debate, se está comprobando que la alteración del equilibrio de la naturaleza por la pérdida de bio- diversidad, el tráfico de especies, la intensificación agrícola y ganadera, y los efectos del cambio climático aumentan notablemente el riesgo de aparición de enfermedades infecciosas transmisibles al ser humano. Y por ello, la movilización contra la epidemia puede ser un ejemplo de cómo actuar ante una emergencia planetaria. Tenemos que aprovechar la unión, las alianzas, la capacidad de adaptación y resiliencia y la innovación y la imaginación que hemos demostrado estos días para abordar nuevas crisis, ya sean económicas, sociales o climáticas, incorporando siempre criterios de desarrollo sostenible en nuestras decisiones”.

A lo que Elena Fernandez Rodríguez, de Correos, añade: “La pandemia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad y agotamiento del sistema actual, pero también nos ha mostrado qué cam- bios podemos hacer para prepararnos o prevenir situaciones como la actual tanto a nivel personal como corporativo. Quizá deberíamos dejar de hablar de RSE, para hablar de Estrategias Corporativas Responsables, y consolidar la tendencia de fusionar las áreas de Estrategia y RSE, así como incluir nuevos parámetros en la gestión de riesgos”.

Y según Yolanda Erburu, directora ejecutiva de Comunicación, RSC y Fundación Sanitas, “la mayor parte de analistas coinciden estos días en que la crisis que estamos atravesando será un punto de inflexión en muchos aspectos. Se producirán cambios en la manera en que nos relacionamos, vivimos, producimos, etc. Sin duda estos cambios afectarán también al mundo de la empresa y, muy particularmente, a la relación que las organizaciones tienen con las sociedades en las que operan. Porque para salir de la crisis sanitaria y socioeconómica que nos dejará la pandemia será necesaria una respuesta conjunta, afianzando las fórmulas de colaboración público-privada o entre empresas, donde todos los agentes tengan un rol activo. El objetivo del ODS 17 será más vigente que nunca”.

Por su parte, Elisenda Ballester, directora de Comunicación Corporativa de Henkel Ibérica, asegura que el futuro de la RSE pasa por prestar especial atención a los empleados. “Durante mucho tiempo, los programas de responsabilidad social de las empresas se centraban en iniciativas que impactaban fuera de la organización. Desde hace algún tiempo, vemos como la RSE ha ido poniendo a los empleados en el centro de su estrategia, y las iniciativas internas para nosotros son de gran importancia. Y en esta crisis lo hemos podido poner en práctica: realizar donaciones de material, o destinar ayudas económicas ha sido de gran ayuda, pero la clave de una buena gestión ha sido apostar por mantener el empleo, proporcionar a los trabajadores todas las medidas de protección necesarias, extremar la higiene, posibilitar todas las herramientas tecnológicas disponibles para promover el teletrabajo y así evitar desplazamientos, ofrecer a los empleados asistencia médica o herramientas para trabajar el bienestar emocional en esta época de confinamiento.  ¡En el futuro de la RSE, los empleados deberían continuar siendo la prioridad!”.

Finalmente, Elena Valderrábano, de Telefónica, augura que “recuperarse de esta pandemia va a ser difícil para muchas empresas, pero para esa recuperación va a ser esencial preocuparnos por un nuevo enfoque respecto a cómo afectarán y cómo se verán afectados los derechos humanos por su actividad en este nuevo orden global. Ahora, el prioritario para todos es el derecho a la salud, pero ya hay otros muchos que cuidar: privacidad, trabajo digno, medioambiente saludable, seguridad y bienestar, igualdad para ayudar a los más débiles y no dejar a nadie atrás”.

Les invitamos a leer el resportaje íntegro en CompromisoRSE

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