En el acto de presentación del Informe, elaborado con la colaboración del Grupo Zurich, han participado Emilio Granados, responsable de Riesgos Globales y Agenda Geopolítica en el World Economic Forum; Peter Giger, director de Riesgos del Grupo Zurich; y Emilio Luque, profesor titular de Medio Ambiente y Sociedad (UNED). Los participantes han destacado la importancia de establecer objetivos comunes de protección de la Tierra y de impulso de las economías, y también de la importancia de que las empresas eviten los riesgos de pérdidas futuras potencialmente desastrosas, ajustándose a objetivos con fundamento científico.
“Esta década se inicia en un mundo políticamente polarizado y fuertes presiones sobre la economía global, mientras una catástrofe climática se aproxima. Solamente con más cooperación entre empresas, sociedad y líderes mundiales podremos superar los grandes retos globales que se avecinan”, ha subrayado Emilio Granados, responsable de Riesgos Globales y Agenda Geopolítica en el World Economic Forum.
Y es que la actividad humana ya ha causado la pérdida del 83% de los mamíferos silvestres y la mitad de las plantas, que son la base de nuestros sistemas alimentarios y sanitarios. Peter Giger, director de Riesgos del Grupo, Zurich Insurance Group, ha advertido durante la presentación de la necesidad urgente de adaptarse con rapidez a esta situación para evitar los daños irreversibles ocasionados por el cambio climático y hacer más para proteger la biodiversidad del planeta.
En este sentido, Peter Giger ha explicado que “los ecosistemas biológicamente diversos capturan cantidades enormes de carbono y proporcionan beneficios económicos masivos que se estiman en 33 billones de dólares al año, el equivalente al PIB de los EE.UU. y China juntos. Es fundamental que las empresas y los responsables de formular políticas se apresuren a hacer la transición a una economía con bajas emisiones de carbono y a modelos de negocio más sostenibles. Ya estamos viendo empresas destruidas por no haber ajustado sus estrategias a los cambios en las políticas y las preferencias de los clientes. Los riesgos de la transición son reales y todos deben desempeñar su función para mitigarlos. No es solo un imperativo económico, es simplemente lo correcto”.
En cuanto a la visión de la sociedad, se ha señalado, según los resultados obtenidos en el informe, que los jóvenes son los que mayor preocupación muestran por el estado del planeta. Los nacidos después de 1980 calificaron los riesgos ambientales más alto que otros encuestados, a corto y largo plazo. Casi el 90% de este grupo de encuestados creen que las “olas de calor extremo”, la “destrucción de los ecosistemas” y la “sanidad impactada por la contaminación” se agravarán en 2020, frente al 77%, 76% y 67% de otras generaciones. Además, los más jóvenes consideran que en 2030 el impacto de los riesgos ambientales será todavía más catastrófico y probable.
Para la elaboración del Informe se ha encuestado a más de 750 expertos y responsables de la toma de decisiones a nivel mundial. Éstos debían clasificar sus mayores preocupaciones en términos de probabilidad e impacto, y según los resultados, el 78% espera que las “confrontaciones económicas” y la “polarización política interna” aumenten en 2020. Si las previsiones se cumplen, esto sería catastrófico de cara a abordar los desafíos urgentes como la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la disminución récord de las especies.
Por primera vez, en diez años que lleva elaborándose la encuesta, los cinco principales riesgos globales en términos de probabilidad son todos ambientales. El informe da la voz de alarma sobre:
Se añade que, a menos que las partes interesadas se adapten al “cambio de poder de la época actual” y a las turbulencias geopolíticas, sin dejar de prepararse para el futuro, el tiempo se agotará para abordar algunos de los desafíos económicos, ambientales y tecnológicos más apremiantes. Esto subraya dónde la acción de las empresas y de los responsables de formular políticas es más necesaria.