Uno de los aspectos más destacables del informe ha sido la constatación de la capacidad del sector para afrontar una situación desfavorable y mantenerse.
Durante la crisis, las fundaciones hicieron crecer de forma continuada los puestos de trabajo retribuidos, pasando de 44.321 empleados (2008) a 82.688 (2017). Mientras la ocupación general bajaba fuertemente los años de crisis, las fundaciones aguantaron. Todo esto, ha llevado a que las fundaciones que representaban el 1,3% de la ocupación en 2008, ahora supongan prácticamente el doble, el 2,5% (2017).
De hecho, es la primera vez que se publica un análisis de la situación económica del sector fundacional en Cataluña. El trabajo recoge la información del Registro del Protectorado de Fundaciones, la base de datos del cual incorpora información económica de más de 2000 fundaciones activas en Cataluña. "Este gran esfuerzo de tratamiento, depuración y análisis, significa también un ejercicio de transparencia, que puede ayudar a explicar mejor qué somos y qué hacemos las fundaciones", ha señalado Pere Fàbregas, presidente de la CCF en su intervención.
Si en 1996 el número de fundaciones llegó a las 1.000, hoy en día estas se han más que duplicado, superando las 2500. Destacan las que se dedican a la cultura (49%), seguidas de las asistenciales (40%), las docentes (8%) y las científicas (3%). En cuanto a su distribución territorial, actualmente las fundaciones están presentes, en mayor o menor medida, en todo el territorio, cosa que no se daba en 1996 donde cinco comarcas de Cataluña no tenían ninguna institución: La Alta Ribagorça, Pla d'Urgell, Pla de l'Estany, Ribera de Ebro y Terra Alta.