19/09/2019 08:14:15

Aumentan los siniestros medioambientales y las actividades afectadas por estos

Según un informe europeo de AIG

El último informe europeo de AIG sobre Responsabilidad Medioambiental refleja un aumento de los siniestros medioambientales, así como un incremento de los sectores de actividad afectados por estos. Los daños medioambientales relacionados con incendios y prácticas inadecuadas de gestión de los residuos de construcción y demolición son los incidentes que más están creciendo, según el citado informe, que recopila datos de 104 incidentes notificados por sus asegurados en toda Europa en 2017.

Las estadísticas de la aseguradora reflejan que en 2017 las reclamaciones por incendios que afectaron a instalaciones y entornos naturales fueron más del doble que el año anterior, pasando del 7 al 15% de todos los siniestros de pérdidas documentados. Por su parte, las relacionadas con la gestión de residuos de Construcción y Demolición también se duplicaron, desde el 5% de 2016 hasta el 12%, como resultado de prácticas de gestión deficientes en el tratamiento de éstos residuos. En menor proporción aumentaron las notificaciones relacionadas con la gestión de residuos y las de gestión y mantenimiento de activos, un 2% (del 9 al 11% las primeras y del 3 al 5% las segundas).
 
No obstante, la aseguradora ha detectado que hay una mayor conciencia pública de las cuestiones medioambientales, a la vez que una creciente presión regulatoria en toda Europa para inspeccionar y hacer responsable a quien cause el daño.
 
Un motivo, este último, por el que las empresas necesitan revisar sus coberturas para poder responder adecuadamente ante un hipotético siniestro. “Los asegurados piensan que nunca les ocurrirá a ellos, pero con toda claridad (los siniestros) pueden suceder y suceden”, afirma Alejandra Redondo, responsable de Siniestros de Responsabilidad Medioambiental de AIG Iberia.
 
Por lo que respecta a los residuos de construcción y demolición, el informe justifica el aumento de los siniestros en la recuperación de los mercados europeos tras la crisis de 2008, ya que “son el mayor flujo de residuos de la UE en términos de volumen”. Los especialistas de AIG subrayan que su mala gestión puede tener graves consecuencias para el medio ambiente y que, de acuerdo con la legislación europea, independientemente de quién gestione los residuos, “el productor de los mismos es el último responsable”, en palabras de Alejandra Redondo.
 
En cuanto a los sectores que más siniestros notificaron, Transporte, Comunicaciones, Electricidad, Gas y Sanidad ocupa el primer lugar con el 47% de los incidentes, seguido de Fabricación (26%) y Construcción (9%). A considerable distancia, les siguen Agricultura, Silvicultura y Pesca (4%), Finanzas, Seguros y Bienes Raíces (4%), Comercio Mayorista (3%), Comercio Minorista (3%), Servicios (2%), Administración Pública (2%) y Minería (1%). Es de resaltar que en los dos sectores que encabezan el ranking ha disminuido el porcentaje de siniestros respecto a 2016 en 8 y 1 puntos, respectivamente, mientras que en el tercero, Construcción, ha aumentado 4 puntos respecto al año anterior. Por otra parte, también se observa que se producen notificaciones en sectores en los que anteriormente no se habían registrado, como son: Minería, Comercio Mayorista, Finanzas, Seguros y Bienes Raíces, Servicios y Administración Pública. Algo que, en opinión de Alejandra Redondo, “demuestra que un accidente medioambiental puede ocurrir en casi cualquier sector”.
 
El análisis concluye que el contaminante que intervino en la mayoría de los incidentes (el 31%) fueron los hidrocarburos derivados del petróleo. Les sigue lo que el documento denomina “contaminantes heredados” (substancias ácidas/alcalinas, cenizas, betún, fertilizantes, materia microbiana, materia orgánica, sólidos en suspensión, compuestos orgánicos volátiles/semivolátiles), con un 24% de casos. En menor medida, participaron los “contaminantes emergentes” (asbesto, gas subterráneo en cantidades grandes, fluido de transferencia de color, compuestos perfluorados, fenoles y bifenilos policlorados), con un 10%, seguidos de aguas residuales no tratadas (9%), aguas residuales tratadas (9%), compuestos de metal (7%), residuos (de construcción y demolición, industriales y municipales) (7%) y aguas de extinción de incendio (2%).
 
El estudio diferencia entre los sucesos en los que se produce contaminación y aquellos que solo general daños medioambientales y descubre que hay una reducción marginal de los primeros, mientras que los segundos están aumentando.
 
Ante los datos anteriores, la responsable de Siniestros de Medioambiente de AIG explica que la mayoría de los incidentes de 2017 “se produjeron por la cobertura de costes de limpieza dentro de las situaciones de riesgo aseguradas, concretamente el 41%, costes que no están cubiertos por las pólizas de Responsabilidad Civil”. Alejandra Redondo incide también en que, las pólizas de Responsabilidad Medioambiental, “a diferencia de las de Responsabilidad Civil general”, no distinguen entre siniestros “repentinos y accidentales” o contaminación gradual. Y concluye que existe una importante laguna en la cobertura de las empresas que dependen de pólizas de Responsabilidad Civil general no especializadas, por lo que “el seguro de Responsabilidad Medioambiental es un mecanismo de transferencia de riesgos importante para que los asegurados lo consideren como parte de sus carteras de manera global”.

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