Las bolsas de malla reutilizables se venden en un lote de cuatro unidades, tienen un tamaño de 35 cm x 30 cm y soportan un peso de 5 kilos. Los clientes las usan para comprar fruta y verdura a granel, pueden cerrarla con unos cordones que tienen incorporados, pesan la compra en la balanza y pegan la etiqueta correspondiente para su pago a su paso por caja. La pegatina de pesaje se puede retirar fácilmente tras la compra y la bolsa de malla puede lavarse en caso de que sea necesario. La diferencia respecto a la tradicional bolsa de plástico reside en el uso repetido de la nueva malla.
Aunque se estima que se puede reutilizar como mínimo una veintena de veces, solo con reutilizarla en más de cuatro ocasiones ya se reduciría el consumo de plástico respecto al uso de las bolsas de un solo uso.