Bretón adelantó que el informe Foessa, que presentará Cáritas en junio, mostrará que “hay una parte de la sociedad que no ha levantado cabeza después de la crisis”. “Si antes el presidente de Cáritas recibía la llamada del ministro de turno poniéndote verde, este año vamos a recibir 17 llamadas más una”, pronosticó, en referencia a la situación de desventaja que viven los casi cuatro millones de personas que atiende la organización católica, la mitad de ellos en España.
Garralda recalcó que “los efectos de la crisis han caído sobre los hombros de las clases más bajas del escalafón social”, pues “la política económica ha consistido en la devaluación interna”, porque “al no poderse devaluar la moneda” se han bajado los salarios, provocando “unas desigualdades que difícilmente son soportables para la sociedad”, que trata de incrementar los salarios “manteniendo la productividad”.
Por todo ello, el presidente de Cáritas subrayó que los políticos “pueden hacer muchísimo desde el punto de vista personal y público”: “Un político tiene que echar el resto en el aspecto social, redactando nuevas leyes, vigilando su cumplimiento y viendo cómo puede aportar a la sociedad”.
Garralda destacó que la crisis económica también ha tenido partes “buenas”, como que las empresas se lanzasen a cumplir con una de sus “asignaturas pendientes”, salir al extranjero. “El componente internacional ha aumentado en la facturación de las empresas” y “está para quedarse”, indicó.
En clave internacional, Bretón explicó la particularidad que tiene la Cáritas Castrense, “una opción muy importante en las Fuerzas Armadas y que se está tomando como modelo en muchos países”, pues permite la presencia de la organización “allá donde haya un soldado fuera de nuestro territorio”. Además, Cáritas trabaja junto a 60 Cáritas de otros países, lo que contribuye al buen nombre de la organización en todo el mundo.
Garralda defendió que “la reputación corporativa es nuclear, básica e implica tomar en consideración lo que hace 15 o 20 años era una cosa al margen de las empresas, involucrarse en temas sociales”. Admitió que hace años esa acción social se hacía “de forma cosmética” y que aún habrá empresas que lo hagan así, pero precisó que “el público se da cuenta”.
Para que haya una mayor aportación de las compañías a la sociedad, indicó que habría que “unir” el segundo y el tercer sector. “Es una asignatura pendiente”, recalcó, huyendo de la segmentación “simplista” entre los sectores que ocuparían Estado, empresas y ONG. “La parte empresarial se está dando cuenta de que el llamado tercer sector debería estar casi dentro del segundo o el segundo dentro del tercero, o fusionados los dos, según el punto de vista”.
A su juicio, si una empresa no tiene esa reputación corporativa “va a ir mal”. “Hoy los potenciales clientes se mueven más por intangibles” que le hagan conectar por afinidad a la empresa “y esa reputación pasa inexorablemente por la involucración con el tercer sector”. En ese punto, reconoció que “no cabe duda” que la ausencia de las fundaciones que antes estaban ligadas a las cajas de ahorros “se está notando en la sociedad”.
Por su parte, el presidente de Cáritas subrayó la importancia de la aportación privada a los trabajos de la ONG, ya que el 70% de los fondos con que cuenta la organización católica tienen ese origen. Fundación Mutua Madrileña es una de esas fuentes de fondos, precisó Garralda, pues cuenta con unos 9 millones de euros que reparte en ayudas y proyectos a medio centenar de entidades sin fin de lucro.
Bretón apuntó a una de las posibles causas de la falta de involucración social de la ciudadanía española: “Gracias a las familias, por la estructura familiar que tiene esta sociedad hemos salido adelante”. “Ojalá que llegue el día en el que no seamos necesarios y tengamos que cerrar la puerta, pero mientras tanto vamos a seguir ahí proponiendo a los políticos formas de trabajar”, agregó el presidente de la organización católica, que apoya a casi cuatro millones de personas. “Un número considerable, la mitad dentro de nuestras fronteras”, indicó en Servimedia.
Los presidentes de Cáritas y Mutua Madrileña hablaron también sobre la tramitación parlamentaria de los Presupuestos Generales del Estado, que esta semana inician su debate en el Congreso de los Diputados con la amenaza de que sean rechazados en el primer paso por el rechazo de los mismos partidos independentistas que el pasado 1 de junio hicieron presidente del Gobierno al socialista Pedro Sánchez.
"Es bueno que haya presupuestos para transmitir una idea seria de la existencia de una política", confió Garralda. "¡Ójala tengamos unos presupuestos claros!, pero a nosotros, en principio, no nos tiene que afectar, convino a su vez el presidente de Cáritas, Manuel Bretón. La razón es que en Cáritas el 75% de sus recursos proceden de fuentes privadas, como con las donaciones de empresas y particulares.
