El Parque Natural de Cap de Creus situado en el extremo noreste de Cataluña, a unos 25 kilómetros al sur de la frontera francesa, tiene una superficie de 190 kilómetros cuadrados de un extraordinario valor paisajístico.
Se trata de una zona muy castigada por grandes incendios forestales, el último en el año 2000, y por el pastoreo hasta mediados del siglo pasado. Actualmente es seca y muy rocosa, la actividad humana y las condiciones climatológicas han condicionado la salud de su cubierta vegetal, recubierta por un matorral homogéneo, lo que ha provocado la disminución de la biodiversidad y una tendencia a la pérdida de la riqueza de los suelos por la erosión.
La repoblación desarrollada en terrenos de un bosque gestionados por la administración forestal permitió restablecer y recuperar, con vegetación autóctona, una superficie de 28,5 hectáreas, en las cuales previamente se ha desbrozado el matorral presente y posteriormente se han hechos los hoyos y la plantación. Se plantaron más de 35.000 árboles, pino piñonero (Pinus pinea) y pino blanco (Pinus halepensis), mayoritariamente, junto con encina (Quercus ilex), alcornoque (Quercus suber) y roble (Quercus humilis). Como especies acompañantes, diferentes árboles de fruto autóctonos de la zona que constituyen alimento para la fauna avícola.
David Sánchez Labrador, Ingeniero Forestal de Bosques Sostenibles, nos comenta que la repoblación forestal se ha llevado a cabo mediante la combinación de medios mecánicos y manuales, utilizando técnicas de bajo impacto. Una vez finalizada, se hará un seguimiento exhaustivo y, durante los primeros años, se procederá a la ejecución de labores de mantenimiento tales como reposiciones de marras y desbroces.
Para David Sánchez, “tener la oportunidad de contribuir a la restauración de este espacio natural a través de la iniciativa privada es, además de un reto, una muestra de cómo las empresas pueden involucrarse en proyectos ambientales de gran calado”.
Pero no menos importante que la mejora ambiental de los espacios naturales protegidos, es la de recuperación de los usos y oficios tradicionales de estos espacios. Por eso Bosques Sostenibles promueve e impulsa el desarrollo rural en todos sus proyectos y la participación social, como herramienta de protección a largo plazo de protección de los entornos recuperados, nada mejor que dejar su conservación en manos de quienes lo necesitan.
El proyecto de Cap de Creus se lleva a cabo con E.I.Forresterra, una cooperativa de trabajo asociado y empresa de inserción social sin ánimo de lucro, que además de la fase ecológica y natural, le ha dado al proyecto y a las empresas participantes el beneficio de trabajar en conjunto en un proyecto ligado también al servicio social.
En Cap de Creus el objetivo social se ha conseguido y superado gracias a la labor conjunta de Bosques Sostenibles con la cooperativa Forrestera, que a la vez proporciona un camino de inserción para jóvenes en riesgo de exclusión social. La capacitación en el sector agroforestal que realizan con estos jóvenes tiene como objetivo proporcionar y poner en valor las competencias y capacidades adquiridas y que les permitan desarrollar un proyecto de vida beneficioso en todos sus ámbitos, tanto personales como en sociedad.
Para conseguir estos objetivos se ofrece formación en unas edades, entre los 18 y 22 años, a ex tutelados, procedentes de Servicio de Atención Especializada para Jóvenes de la Fundación Antonio Jiménez, impartida desde el voluntariado de miembros de la cooperativa. En paralelo al aprendizaje profesional, hay una formación personal y de valores a través de la convivencia en una residencia con los técnicos de la empresa, para acabar como profesionales miembros de la propia cooperativa y voluntarios de formación de la promoción siguiente.
“Es voluntad de la cooperativa poner a disposición de nuestros jóvenes la dirección, gestión y ejecución de los trabajos y proyectos como parte fundamental de nuestro equipo como cooperativa y futuro como sociedad, porque somos consciente que una suma de acciones, en una misma dirección pueden ralentizar una tendencia a la desigualdad de oportunidades, que nuestra sociedad origina como una consecuencia evolutiva del mismo estado del bienestar” apuntan Xavi y Modest miembros fundadores y responsables de las reforestaciones.
En la repoblación han participado 16 personas, de las cuales 11 jóvenes en riesgo de exclusión, y ha sido una acción medioambiental, ecológica, de protección de nuestro patrimonio natural, pero también una emotiva intervención social que implica al hombre, sus valores, la suma de esfuerzos en la búsqueda de un bien común. “Estos jóvenes están tan motivados por su aprendizaje en la cooperativa, y le ponen tanto cariño que todo lo que tocan brota…tienen dedos verdes” comentan los responsables de la cooperativa.
Elena Álvarez Diestro, Responsable de Bosques Sostenibles comenta “cada árbol que plantamos nos beneficia a todos, y es una gran satisfacción ver los resultados. Queda mucho por hacer, muchos árboles que plantar y muchas zonas que repoblar. Plantar árboles es una vía fácil, económica, emotiva y eficaz para combatir el cambio climático, es sólo cuestión de ponerse en marcha.”
