Según un nuevo estudio publicado en Nature Communications, que también recoge el diario The Guardian, las actividades humanas habrían reducido el ritmo en su impacto medioambiental. Un hecho que se evidenciaría tras la observación del ritmo de crecimiento de la tasa global sobre la incidencia de la acción humana en el medioambiente, en contraste con la del crecimiento demográfico y económico.
Utilizando los datos de los satélites, los científicos han creado mapas que muestran cómo el impacto de la actividad humana ha cambiado en 16 años (entre 1993 y 2009), mostrando un ritmo más lento ya que, mientras que la población humana aumentó en un 23% y la economía mundial creció en un 153% durante este periodo, la huella humana sólo aumentó un 9%.
Oscar Venter, autor principal del estudio afirma, en un comunicado recogido por The Guardian, que el ver que los impactos “se han expandido a una tasa que es más lenta que la tasa de crecimiento económico y de población” supone un avance “alentador", ya que significa que “estamos volviendonos más eficientes en la forma en que utilizamos los recursos naturales".
Para asignar el impacto de las actividades humanas a través de la superficie de la tierra, el equipo analizó ocho variables como la zona urbanizada, tierras de cultivo, pastizales, la densidad de población humana, ferrocarriles y carreteras. Estos mapas muestran la reducción del impacto, sin embargo, también evidencian que en casi tres cuartas partes de la superficie terrestre del planeta siguen sometidas a una intensa presión de la actividad humana.
De hecho, según el estudio, en 1993 alrededor del 27% de la superficie del mundo no tenía huella humana medible y, 16 años después (2009) estas actividades habían invadido el 9,3% (23 millones de kilómetros cuadrados) de estas áreas de hábitats previamente intactas.
Las regiones con baja o nula huella se producen en desiertos como el Sahara o Gobi así como en bosques tropicales de las cuencas del Congo y gran parte de la Amazonía, a pesar de haber sido invadida por asentamientos, la agricultura y las vías fluviales y carreteras.
Los países ricos en general mostraron algunos signos de disminución de la huella humana, sin embargo, los investigadores advierten que es importante averiguar los factores que impulsan esta tendencia ya que, aseguran, los países más ricos podrían haber cambiando su demanda de alimentos y materias primas a otros países.