En total, durante 2015 CLH analizó 16 kilómetros de oleoductos que transcurren por áreas de alto valor ecológico de Galicia (Rio Tambre y sistema fluvial Ulla-Deza), Cantabria (Montes Obarenes y Sierra de Cantabria), País Vasco (Parque Natural de Gorbeia), Navarra (Parque Natural de Bardenas Reales) y Andalucía (Parque Nacional de Doñana, Parque Natural Estero de Domingo Rubio, reserva fluvial del rio Guadalmez y cuenca del río Guadiamar).
Los estudios fueron realizados por un equipo de expertos de GREFA, junto a un grupo de profesionales de la compañía, que emplearon métodos de análisis basados en el inventariado de la flora y fauna presente en el trazado de los oleoductos y sus proximidades, con el objetivo de valorar la biodiversidad de las zonas por las que pasan estas conducciones, así como los efectos derivados de su presencia y determinar acciones de mejora para reforzar su sostenibilidad.
Una vez analizados los resultados, los informes concluyeron que los oleoductos de CLH no interfieren en el desarrollo de las especies animales y vegetales de los espacios seleccionados y destacan la integración de estas infraestructuras en el entorno.
Estos nueve estudios se han realizado como parte del convenio de colaboración que CLH mantiene desde 2012 con GREFA para reforzar la sostenibilidad de sus actividades y se engloban dentro del programa de protección de la biodiversidad, previsto en el actual Plan Director de Responsabilidad Social Corporativa.
La utilización de la red de oleoductos de CLH permite reducir el impacto medioambiental del transporte de combustibles. El uso de esta red evita más de 370.000 toneladas de emisiones de CO2 al año y elimina más de 260 millones de kilómetros de rutas de transporte por camión en las carreteras españolas.