“De mi experiencia de ocho años de estar en la primera línea de la negociación, el binomio cambio climático y agua es el principal de todas las reuniones y en todos los idiomas. Preocupa mucho la salud, pero el agua es el principal reto del cambio climático”. Con esta afirmación resumía Elvira Carles, directora de la Fundación Empresa y Clima, la importancia que a nivel mundial tiene la gestión del agua. Y por ello hizo un llamamiento a que las diferentes instituciones públicas se pongan de acuerdo sobre los temas de gestión del agua y lo aborden desde una óptica largoplacista. En este sentido, y lamentando una falta de acuerdo en Europa, Elvira Carles apunto que dos países tan opuestos cono Israel i Palestina “se entienden en las políticas sobre la disponibilidad y el tratamiento del agua”.
En su intervención, la directora de Conversaciones de Ecodes, Cristina Monge, explicó que el “agua es un reflejo de nuestra sociedad y hoy vemos una sociedad global, desigual y cortoplacista”. Según Cristina Monge la escasez de agua es una problemática global y como tal hay que abordarla. En este sentido recuerda que “los Objetivos de Desarrollo Sostenible contemplan que las cuestiones ambientales son transversales y los temas de cambio climático solamente se pueden entender si se conciben como una sintomatología”. Por este motivo, la directora de Conversaciones de Ecodes reclama “la necesidad de trabajar en alianzas para hacer frente a los objetivos mundiales. Estamos en una sociedad global y tenemos que afrontar los retos de una manera global”. Además, Cristina Monge asegura que vivimos en una sociedad desigual porque “el cambio climático hace más pobres a los países más pobres porque tienen menos capacidad tecnológica y porque tienen una mayor dependencia de los ecosistemas”.
Por su parte la directora general de Ongawa, Belén García, abordó la relación entre agua y derechos humanos y en este punto destacó el papel de la mujer en las comunidades indígenas. Según Belén García hay que incorporar a la mujer en los programas de agua y saneamiento como un elemento transformador porque “desde nuestra experiencia en las zonas rurales, las mujeres son las más motivadas en asegurar esa provisión del servicio porque son ellas las que utilizan el agua y las que recorren largas distancias y emplean mucho tiempo a buscar el agua”.
Como uno de los ejes clave de su estrategia ambiental, Coca-Cola ha asumido una serie de compromisos en materia de agua para 2020 impactando así en eficiencias en toda su cadena de valor.
El objetivo es reducir el impacto sobre el agua y compensarlo contribuyendo a la conservación de ecosistemas vulnerables. Para ello en 2020, Coca-Cola ha asumido el compromiso de devolver a la naturaleza el 100% del agua contenida en sus envases, y de alcanzar, en esta misma fecha, una reducción del 25% de su ratio de consumo de agua con respecto a 2010.
Entre los resultados, se puede destacar que en 2015 Coca-Cola ha devuelto a la naturaleza 1.500 millones de litros de agua y ha mejorado la eficiencia en su uso en un 12% en los últimos 5 años.
Además de mejorar la eficiencia, en España, Coca-Cola desarrolla distintos programas de recuperación de espacios naturales, en colaboración con ONG, administraciones públicas y universidades. Actualmente hay en marcha siete proyectos en Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Cataluña y Andalucía.
Estos programas dedican recursos para proteger entornos de gran valor, que se hacen tangibles en parajes naturales como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel de la mano de WWF, el manantial de Fuenmayor en colaboración con Fundación Ecodes, la desembocadura del Río Guadalhorce en partenariado con la Universidad de Málaga o el entorno de La Albufera de Valencia, entre otros.
