Desde hace años y como parte de su compromiso con el medio ambiente, Nestlé España lleva a cabo una serie de acciones encaminadas a la preservación del agua, reduciendo progresivamente su uso en los procesos productivos. Los esfuerzos realizados en este ámbito en los últimos cinco años han permitido materializar una reducción del 54,8% del consumo de agua por tonelada de producto fabricada en sus 11 centros de producción, repartidos en seis comunidades autónomas.
Esta reducción, equivalente al consumo anual de una población de 90.000 habitantes, ha sido posible gracias a una inversión de 17,2 millones de euros destinada a mejorar la gestión medioambiental y a la rigurosa utilización de una herramienta propia para la priorización de proyectos en ahorro de agua y energía, denominada W&ETS (Water & Energy Target Setting), así como iniciativas de mejora continua en la utilización de recursos naturales en sus procesos productivos.
A nivel global, Nestlé realiza auditorías de recursos hídricos en todas sus fábricas para garantizar la sostenibilidad ambiental en relación a la disponibilidad de agua, como parte de su compromiso con una gestión responsable del agua en todos sus centros (Water policies and stewardship). La compañía entiende que su futuro está ligado al futuro del planeta y depende de su capacidad para contribuir a garantizar la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria. En este sentido, los compromisos de Nestlé contemplados en su Informe sobre Gestión del Agua se resumen en cinco puntos fundamentales:
Nestlé cuenta con su propio Sistema de Gestión Medioambiental (NEMS), que tiene como objetivo unificar todas las actividades y medidas medioambientales, y el Sistema Integrado de Gestión (SIG), que promueve la gestión del medio ambiente de forma integrada con la gestión de la calidad, la seguridad alimentaria, y la salud y seguridad laboral. La compañía revisa periódicamente sus instalaciones en base a la rigurosa aplicación de estas dos normativas internas, que constituyen una valiosa herramienta para la mejora continua de los indicadores medioambientales, para desarrollar acciones preventivas y para corregir posibles desviaciones.