Tal y como recoge la BBC, algunas de estas leyes establecen restricciones al tipo de empleo que una mujer puede realizar. Es el caso de Francia, por ejemplo, donde existe una ley que prohibe a las mujeres trabajar en empleos que requieran levantar cargas de más de 25 kilos, una carga similar al peso de un niño de 5 años.
En Argentina también hay una lista de diversos empleos prohibidos para las mujeres. En teoría, no pueden trabajar como maquinistas o atizadoras de fuego; manipular o producir materiales explosivos, inflamables o corrosivos; vender bebidas alcohólicas destiladas o fermentadas ni destilar alcohol o producir y mezclar licores. Y en principio las argentinas tampoco pueden cortar ni pulir vidrio; trabajar en lugares que regularmente contengan polvo o vapores irritantes o tóxicos; engrasar o limpiar maquinaria en movimiento; cargar o descargar barcos o grúas ni transportar materiales incandescentes.
Además de Argentina, el informe cita hasta seis países de América Latina donde se concentra un mayor número de leyes discriminatorias, a saber, Chile, Bolivia, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Colombia.
Según el Banco Mundial, Rusia tiene una lista de 456 empleos específicos prohibidos para las mujeres, incluidos conductoras de trenes de carga y operadoras de perforadoras mineras. Unas restricciones de empleo basadas en el género que existen hasta en 100 países.
Tras hacer públicos los datos del informe, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, se ha referido a estas restricciones legales como"una gran injusticia que impide que las mujeres puedan participar en la vida económica" y ha añadido que "las mujeres representan la mitad de la población mundial, con lo que no podemos permitir que su potencial no sea utilizado". Yong Kim ha subrayado que "cuando las mujeres pueden trabajar, administrar ingresos y dirigir empleos, los beneficios se extienden mucho más allá del nivel individual: hacia sus hijos, comunidades y economías".
En términos generales, las leyes más restrictivas contra la mujer están en países de Medio Oriente, incluidos, Arabia Saudita, Jordania e Irak.
Según el informe del Banco Mundial, en 18 países -incluidos Irán y Qatar- los esposos pueden evitar legalmente que sus mujeres trabajen. Un veto que también se extiende a su acceso a instituciones o a la adquisición de propiedad, lo que explica que en los países donde existen estas trabas haya un porcentaje menor de niñas que cursan educación secundaria o un número menor de mujeres administrando o dirigiendo sus propias empresas.
El estudio concluye, asimismo, que en 32 naciones -incluidos Barbados, Egipto y Uganda- las mujeres deben obtener el permiso de sus esposos para solicitar un pasaporte. 22 países no permiten que las madres confieran su ciudadanía a sus hijos.