"Es muy preocupante que las especies más comunes de aves están disminuyendo rápidamente debido a que es este grupo de aves del que el ser humano más se beneficia", explica Richard Inger, de la Universidad de Exeter. Y añade: "Cada vez es más claro que la interacción con el mundo natural y la vida silvestre es fundamental para el bienestar humano y la pérdida significativa de aves comunes podría ser bastante perjudicial para la sociedad humana". De hecho, las aves permiten, entre muchas otras cosas, controlar las plagas agrícolas, así como una mejor dispersión de las semillas. A su vez, dicha disminución de poblaciones de aves podría deberse a los modernos métodos de cultivo, el deterioro constante del medio ambiente o la fragmentación del hábitat.
Mientras algunos números disminuyen, otros aumentan, como son las aves del tipo petirrojos, herrerillos y mirlos. Asimismo, las menos comunes también se han incrementado: aguiluchos laguneros, cuervos, buitres y alcaravanes, debito probablemente a las acciones de conservación directas y protección legal en Europa, informa Público. De hecho, los trabajos de conservación tienden a concentrarse en las especies raras, por lo que la investigación insta a los conservacionistas a abordar todo aquello referente a las aves comunes.
"El estudio trae un mensaje muy importante para la conservación en Europa. Esto no habría sido posible sin miles de trabajadores de campo voluntarios cualificados que cuentan las aves de acuerdo a los altos estándares científicos y contribuyen con sus datos a los sistemas nacionales de vigilancia", declara Petr Vorisek, del PECBMS.