La construcción de infraestructura para la explotación del medio ambiente ha crecido exponencialmente en Islandia desde 2008, cuando el país sufrió una crisis económica muy fuerte. Pero la rapidez en la que se está desgastando la naturaleza es tanta que en los últimos dos años se fundaron inumerables campañas ambientalistas locales, cuando no antes no existía ninguna.
Por esto, la artista islandesa está comenzando a crear consciencia social no sólo en su país natal, sino en todo el mundo.
“No estoy diciendo que volvamos al pasado y vivamos en cuevas, pero para crear una ruta más delicada al siglo XXI tiene sentido que adoptemos la tecnología y nos demos más opciones, que no sean sólo a través de una sucia revolución industrial. Necesitamos encontrar un modo de llegar más rápido a lo ecológico”, afirmó Björk.