12/06/2014 10:40:38

Siete actividades cotidianas que destrozan los océanos

Pedir comida para llevar, coger recuerdos del mar o comprar marisco, entre las acciones que World Oceans Today califica como nocivas para nuestros mares

Cada ser vivo está relacionado con el océano, aquel cuerpo acuoso que se formó después de una colisión de asteroides gigantes cubiertos de hielo hace 130 millones de años. Los océanos son fuente de vida de cada ecosistema del planeta aunque, desgraciadamente, el Atlántico, Índico, Pacífico, Ártico y Antártico han ido perdiendo su vitalidad y fortaleza.

La contaminación, el abuso por parte del humano hacia los frutos de la naturaleza, la extinción de miles de especies o el excesivo uso de químicos en todo tipo de productos, entre otros, son prácticas cotidianas que han deteriorado, poco a poco, varios espacios de los océanos del planeta, convirtiéndonos así en los culpables de la situación.
Según afirma la organización World Oceans Today, existen varias actividades que, pese a no darnos cuenta, deterioran el ya crítico estado de los océanos. Conducir parece la más obvia, ya que cada vez que un coche circula va liberando emisiones de CO2 a la atmósfera y hasta un 25% de ellas son absorbidas por los océanos. En consecuencia, los niveles de pH se reducen, desprotegiendo a organismos como las almejas, ostras, corales o plancton, entre otros.
El exceso de pesca unido a las prácticas insostenibles por parte de los comerciantes de pescado y el colapso, en consecuencia, de los sistemas de arrecifes es la segunda acción. Si hacemos caso omiso a esta situación, para el 2048 la tasa de mortalidad de varias especies subacuáticas podría aumentar de manera significativa. El uso de pesticidas y fertilizantes es la tercera y se trata de algo muy significativo, ya que alrededor del mundo se utilizan más de 50 millones de kilos de pesticidas y fertilizantes químicos, son utilizados alrededor del mundo, los cuales terminan en los ríos, lagos y océanos, provocando que las algas mueran y de descompongan, absorbiendo el oxígeno y creando “zonas muertas”, lo que afecta a los peces y otros animales marinos.
Si pedimos alguna vez en algún restaurante que nos den los restos de la comida para llevar, seguramente nos los den en bolsas de plástico, las cuales pueden degradarse cada 500 años y liberan el tóxico de bisfenol, y he aquí la cuarta acción perjudicial para el ecosistema marino. La quinta se corresponde con un uso incorrecto de bloqueadores, un químico cuyo principal ingrediente es el benzofenona 2, que causa el blanqueamiento de los corales, y la sexta es tomar algún recuerdo del mar, ya que cada vez que alguien coge alguna concha como souvenir mientras pasea, la playa se erosiona y la biodiversidad se reduce, ya que los cangrejos, los peces pequeños y las algas dependen de las conchas para sobrevivir. La séptima y última es, según World Oceans Today, haber leído este artículo y mostrarse impasible.

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