La optimización de soluciones para la distribución y la protección de productos es una necesidad cada vez más extendida. Por su parte, Dell se ha marcado el objetivo para 2020 de no generar residuos a partir de su embalaje, fabricado al 100% a partir de materiales sostenibles y asegurando que, al final de su ciclo de vida, este puede ser reciclable. Actualmente, ya más de la mitad de su empaquetado cumple estos criterios. A su plan se suma el uso de un nuevo material a partir de agosto: la paja de trigo, que utilizará en la elaboración de las cajas de cartón para portátiles fabricados en China. Una “reutilización” que, a su vez, evitará que los agricultores en China acaben quemando estos restos de la cosecha de trigo, contribuyendo a la contaminación del aire. Inicialmente se espera un uso de 200 toneladas de desechos biológicos de maíz por año, obtenido de granjas ubicadas en la provincia de Jiangsu, estima Dell. Una práctica que permitirá evitar, según indican, la emisión de 180 toneladas de CO2 al año.
Para proteger los productos al ser transportados, Dell ha sustituido la espuma por amortiguaciones fabricadas con bambú. Y para materiales más pesados, la alternativa organica son setas. Estos materiales, ambos reciclables, se suman a otras medidas aplicadas por Dell en este sentido, como la reducción de la medida de los embalajes en un 12%, aumentando un 40% los materiales reciclados y renovables en su fabricación de paquetes y garantizando el reciclaje del 75% de los embalajes una vez usados. “El embalaje es, a menudo, la primera parte de nuestro producto que los consumidores ven y tocan. Desde ese primera interacción, queremos que nuestros clientes sepan que operamos de manera responsable con el medio ambiente, y queremos facilitarles también a ellos ser sostenibles”, declara el responsable de envases en Dell, Oliver Campbell. Unas prácticas que además, destacan desde Dell, reducen costes.
En la misma dirección va el ‘PlantBottle packaging’ de Coca-Cola Company, a la que llaman “la botella del futuro”. Está fabricada con un 30% de materiales de origen vegetal, provenientes de un subproducto del procesado de la caña de azúcar, y es 100% reciclable. De esta manera, la multinacional pretende reducir su dependencia del recurso no renovable del petróleo. “Nuestra visión consiste en introducir finalmente en el mercado de botellas de plástico fabricadas con un 100% de materias primas renovables, que sean totalmente reciclables, al igual que las botellas de plástico PET tradicionales”, destacan desde Coca-Cola.
Por su parte, Carlsberg con su plan de embalajes sostenibles y su plataforma Cradle-to-Cradle (C2C), busca reducir el impacto medioambiental; impulsar la reutilización de envases, como botellas de plástico o fomentar el reciclaje entre los consumidores, entre otros objetivos. Por eso trabaja conjuntamente con seis de sus proveedores para eliminar los residuos procedentes de sus procesos de envasado. De esta manera, todos y cada uno de los embalajes de los productos la empresa (botellas de vidrio, latas, plástico para embalar y barriles de cerveza) están incluidos en su plan.