12/05/2014 08:56:00

Contra la caza comercial de ballenas

Diversas organizaciones piden a la Unión Europea que intervenga en esta brutal práctica

Desde principios del siglo XX los cetáceos han sufrido un cruel exterminio en las diferentes aguas del planeta. Aunque esta caza se reguló en 1986, una treintena de entidades conservacionistas denuncia que todavía hay países que matan ballenas con fines comerciales.

“Que la Comisión Europea considere emprender medidas y acciones enérgicas para acabar con la caza comercial de ballenas”. Ésta es la petición que han hecho 28 organizaciones internacionales de conservación del medio ambiente y bienestar animal –entre las que figura la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal (ADDA) – al Comisario de Medio Ambiente de la UE, Janez Potocnik.


Este conjunto de organizaciones conservacionistas reclama a la Comisión Europea, que hasta el momento no se ha pronunciado sobre el tema, que prepare una resolución expresando su preocupación sobre dicha cruel práctica en Islandia. El objetivo es que presente el dictamen en la próxima reunión del mes de setiembre ante la Comisión Ballenera Internacional (CBI).

A lo largo del siglo pasado hasta dos millones de ballenas fueron abatidas mediante métodos que causaban un enorme y prolongado sufrimiento. La expansión de la caza masiva de cetáceos puso en riesgo de extinción algunas de sus especies, hasta que en 1986 se prohibió esta práctica a escala mundial. Sin embargo, la ADDA denuncia que, amparándose en la caza científica, algunos países siguen cazando ballenas que se acaban destinando al consumo: se calcula que cada año se matan unos 1.500 cetáceos.

Desde la ADDA aseguran que Islandia reanudó la caza comercial de ballenas en 2006, y desde entonces sus balleneros han matado casi un millar de ejemplaros. 414 de ellos son ballenas de aleta, una especie en peligro de extinción que la CBI trató de proteger estableciendo una moratoria en su caza comercial.

A finales de 2013 el Ministerio de Pesca de Islandia aprobó para el siguiente cuatrienio (2014-2018) una cuota permitiendo la matanza anual de 154 ballenas de aleta y 229 ballenas minke. Esta decisión se tomó de forma unilateral, sin consensuarlo con la CBI.

La organización animalista afirma que “el pasado mes de abril Islandia exportó a Japón unas 2.000 toneladas de carne y grasa de ballena”. La embarcación que cargaba con la mercancía habría hecho la ruta por la costa africana con el fin de evitar los puertos de la Unión Europea.

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