19/03/2014 09:27:28

Cómo irse de este mundo de la forma más ecológica

La incineración, popularizada hace más de un siglo, no es la opción más respetuosa con el medio ambiente

Dos nuevos métodos de deshacerse de los restos tras la muerte suponen alternativas menos contaminantes y dañinas para el medio ambiente que la cremación: la disolución y la desintegración ganan adeptos en un mundo que no puede absorber el entierro de las millones de personas que fallecen cada año.

El entierro, método tradicional por excelencia para deshacerse de los cadáveres, representa un lastre que el planeta ya no puede sostener: de los 7.000 millones de personas que habitan en todo el mundo se calcula que un 1% muere cada año en tiempos de paz. Así pues, el medio ambiente difícilmente podrá asimilar la larga descomposición que comportan tantas sepulturas.

Cuando se fue agotando el espacio en los cementerios, en la segunda mitad del siglo XIX, empezó a popularizarse la cremación, un proceso que se ha extendido todavía más en las últimas décadas. Sin embargo ésta no es la panacea: produce altas emisiones de carbono y consume una gran cantidad de energía. Es por eso que un científico escocés y una bióloga sueca han ideado dos alternativas mucho más respetuosas con el ecosistema, la resomación y la promesión .

La disolución química
Sandy Sullivan, el desarrollador de la resomación, ha explicado a la BBC que su invento permite, a través de la disolución química, deshacerse de los restos humanos de una forma muy ecológica. Este método utiliza la octava parte de la energía que se emplea en los hornos crematorios, y ha conseguido reducir la huella de carbono en un 35%. Sullivan asegura que durante el proceso funerario no existe ninguna diferencia entre una ceremonia de incineración estándar y otra basada en la resomación.

El proceso cambia cuando el cuerpo ya no está a la vista de los presentes: se saca el cuerpo del cajón de madera, que puede reciclarse, y se mete en una cápsula de resomación. “En lugar de fuego utilizamos agua y una sustancia con base alcalina”, detalla Sullivan. “Esta composición –añade–, a alta presión y temperatura, reduce químicamente el cuerpo a cenizas, y esa ceniza pura y blanca se devuelve a los familiares como se hace en la incineración”.

La hidrólisis alcalina, técnica utilizada en la resomación, forma gran parte del proceso natural de descomposición de un cuerpo, solamente se distingue en la duración: en vez de tomar años, ocurre en unas pocas horas. Además, esta disolución química, que ya es legal en algunos estados de Estados Unidos, permite recuperar amalgamas dentales y reciclar implantes.

La desintegración
La bióloga marina Susanne Wiigh-Mäsak diseñó otro método, la promesión, que pretende imitar el modo en que la naturaleza descompone los cadáveres. Cuando un ser humano muere comienza un proceso de putrefacción; esa señal llega a los carnívoros que hay por la zona, que lo desmiembran en pedazos más pequeños y así en cierto modo preparan los restos para que vuelvan a la tierra. "Y eso es lo que yo imito. En lugar de utilizar los animales, que ya no es aceptable en nuestra sociedad, creé una solución técnica", declaró Wiigh-Mäsak a la BBC.

Esta alternativa, que no deja residuos, tampoco contaminación en el agua ni emite gases peligrosos para la atmósfera, consiste en congelar el cuerpo en el hospital o prometorio. Entonces el equipo técnico separa el ataúd y el cuerpo: el primero se transforma en leña, y el segundo es expuesto a nitrógeno líquido. Eso hace que el cuerpo se vuelva quebradizo, y con la combinación de una corta vibración muy especial, en un minuto el cuerpo se desintegra en pedazos. El polvo orgánico resultante se introduce en una cámara de vacío, que evapora el agua, y luego se pasa por un separador de metales que aparta cualquier resto de mercurio. Wiigh-Mäsak propone enterrar el resultado de la promesión en un cajón biodegradable fabricado con almidón de maíz. En menos de un año el féretro y su contenido se habrán convertido en tierra orgánica.

De este modo, todo aquél que esté firmemente comprometido con el medio ambiente en vida, también tendrá a su alcance dos maneras de abandonar este mundo respetando al máximo la ecología.

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