“El 919 Hybrid es el modelo de competición más complejo que Porsche ha construido jamás”. Así es como lo definió el presidente de la automovilística, Matthias Müller, notoriamente orgulloso del resultado expuesto. El vehículo muestra un alto nivel de eficiencia con un motor de cuatro cilindros en V de gasolina, compacto pero a la vez ligero. Éste, de 2 litros e inyección directa, puede girar a una velocidad de hasta 9000 revoluciones, con una potencia de alrededor de 500 caballos. La eficiencia del prototipo es muy destacable, consumiendo unos 8’7 litros por cada 100 kilómetros.
Además el monoplaza cuenta con dos sistemas de recuperación de energía: el primero es un generador eléctrico alimentado por la energía térmica de los gases de escape, y el segundo, situado en el eje delantero, convierte la energía cinética en eléctrica. Toda esta energía eléctrica se almacena en unas baterías de ion de litio, que apenas se ven afectadas por el llamado efecto memoria (cuando una batería pierde capacidad si se carga sin antes haberse vaciado del todo). Cuando el conductor necesite utilizar la energía almacenada, el motor anterior impulsará las ruedas delanteras, de modo que temporalmente el 919 Hybrid será un vehículo de cuatro ruedas motrices.
El chasis se compone de fibra de carbono, y combina materiales ligeros con una rigidez torsional. Si nos fijamos en la aerodinámica nos recordará a la de un monoplaza de Fórmula 1: tan pronto se intenta minimizar la resistencia del aire como se pretende incrementar la fuerza necesaria para trazar las curvas a alta velocidad. Ya estamos ansiosos para ver el bólido en acción con el ex piloto de Fórmula 1, Mark Webber, al volante. Empieza la cuenta atrás para Le Mans 2014, el próximo 14 de Junio.