09/04/2013 10:51:30

La expedición de Greenpeace hacia el Polo Norte, en marcha

Arranca la nueva iniciativa de Greenpeace en el Ártico para reclamar que la ONU lo declare santuario global

Ya está en marcha la expedición de Greenpeace que pretende llamar la atención sobre la necesidad de conservar el Ártico como patrimonio natural común.

Un equipo de 16 personas ha salido este domingo a pie desde el campamento base de Barneo para alcanzar el Polo Norte geográfico. La iniciativa se enmarca en la campaña “Salvar el Ártico es salvar mucho más”, de Greenpeace, que reclama que la ONU proteja esta zona de las extracciones de las compañías petrolíferas y de la pesca industrial.

Entre los 16 participantes, se encuentran cuatro jóvenes que ejercen de embajadores internacionales del Ártico. Se trata del actor estadounidense Ezra Miller, dos jóvenes representantes de las comunidades indígenas del Ártico y un joven de las Seychelles.

Una de las exploradoras, Josefina Skerk, de 26 años, es una estudiante de derecho de la comunidad Sami de Suecia y miembro de su parlamento. Skerk ha conseguido convocar una reunión en el Polo Norte entre miembros de Greenpeace y del Consejo Ártico, el foro político que incluye a los ministros de Exteriores de los países árticos. El Consejo Ártico es el único foro de alto nivel para el debate político acerca de las cuestiones comunes a los gobiernos de los Estados del Ártico y sus habitantes, y cuenta con la participación activa de sus pueblos indígenas. Según evolucione el parte meteorológico, los grupos esperan encontrarse al final de esta semana.

Los activistas de Greenpeace exigirán en el encuentro con el Consejo Ártico que las áreas no habitadas alrededor del Polo Norte sean declaradas patrimonio mundial. En 2007, el explorador ruso Artur Chilingarov plantó una bandera reclamando el Ártico como parte de su país. Ahora, los exploradores de Greenpeace plantarán en el mismo sitio la bandera del futuro. El símbolo ha sido diseñado por Sarah Batrisya, una chica de 13 años de Malasia, y escogido por la diseñadora Vivienne Westwood en el marco de un concurso internacional impulsado por Greenpeace. La bandera simboliza la esperanza, la unión internacional y la paz. Según la ONG ecologista, ninguna nación debe reclamar el Ártico como parte de su mar territorial o explotar las oportunidades de nuevos caladeros o bolsas de petróleo que yacen tras el deshielo provocado por el cambio climático.

Además de la bandera del futuro, los miembros de la expedición llevan consigo una cápsula que contiene 2,7 millones de firmas con la petición para que se declaren las aguas del alto Ártico como santuario internacional. Greenpeace planea hundir la cápsula a 4,3 kilómetros de profundidad, bajo el agua helada en el fondo del Polo Norte. La cápsula es una esfera de vidrio totalmente inerte, dentro de la cual hay más de 200 discos de cristal impresos con platino. Cada disco tiene un milímetro de espesor y puede almacenar lo equivalente a 10.000 páginas (formato A4) de información. Se va a anclar en el suelo y se va a dejar que la cápsula flote por encima del fondo marino, lo que evitará cualquier daño en el medio. Se prevé que esta cápsula emerja a la superficie para ser recuperada en 2050.

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