El estudio destaca la "toxicidad" del proceso de fabricación del coche eléctrico en comparación con el vehículo convencional y llega a la conclusión de que el "potencial de calentamiento global" del proceso utilizado para fabricar coches eléctricos es dos veces la de los vehículos convencionales.
Además, el estudio pone de manifiesto que los coches eléctricos no tienen sentido si la electricidad que consumen es producida principalmente por las centrales eléctricas de carbón. "Es contraproducente promover vehículos eléctricos en regiones donde la electricidad se produce a partir del petróleo, el carbón y la combustión de lignito", concluye el informe.