Los datos expuestos en el informe muestran una situación en la que, a pesar de las lluvias, los acuíferos no se recuperan lo suficiente y presentan niveles de agua por debajo de los que tenían en 1995, cuando se produjo una importante sequía. Segun recoge El País, la Confederación asegura que “las extracciones de agua para regadío y abastecimiento superan en ciertos lugares, en ciertos momentos y en cierta medida lo deseable, provocando el descenso de esos niveles de las aguas subterráneas”. Además, se han identificado diversas irregularidades, como el riego de zonas que habían quedado excluidas en la resolución de los expedientes de aguas privadas.
Ante esta situación, la Confederación considera que “se deben impulsar políticas de intensificación de explotaciones ilegales con desarrollo de medidas que den lugar a la clausura de las captaciones de agua declaradas ilegales, así como realizar actuaciones que permitan una gestión sostenible del acuífero”.
WWF, que ya había alertado sobre la grave situación del acuífero 27 (el que nutre el espacio natural de Doñana) como lo habían hecho la Unesco o Ramsar, pedirá que se declare al acuífero como sobreexplotado, para que se apruebe el plan especial de la Corona Forestal de Doñana y se ponga fin a las extracciones ilegales de agua. Según ha declarado WWF para ElPaís, todavía hay más de 1.000 pozos ilegales que extraen agua de Doñana.