“Ha resultado ser una solución en la lucha contra la plaga del taladro para muchos agricultores de amplias regiones españolas como la del Valle del Ebro”, afirmaba el Gobierno del PP en unas declaraciones que recoge el diario El País. España es el país de la Unión Europea que más simpatiza con el cultivo de transgénicos en un contexto europeo de rechazo a ellos. El gobierno se escuda en los datos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, que establece que el cultivo del maíz MON810 y otras variedades no conllevan riesgos para la salud.
Aunque no se opone directamente al nuevo decreto planteado por Arias Cañete, el diputado socialista Alejandro Alonso pide que la reforma se haga con prudencia, transparencia y consenso. “Debe ser un debate científico que no responda a la presión de determinados grupos, como ha sido la reforma de la Ley de Residuos o la de Costas”, declaraba para El País. Por su parte, Laia Ortiz, diputada de ICV, se lamenta de que España se quede aislada del resto de Europa, y de que la agricultura ecológica será imposible por la contaminación.