Según la carta remitida a la plantilla, Blankfein y Cohn aseguran estar “decepcionados” tras leer las afirmaciones realizadas por Greg Smith. En el documento señalan que estas sentencias: “No reflejan nuestros valores, nuestra cultura y lo que piensa la amplia mayoría de los trabajadores de Goldman Sachs sobre la entidad y el trabajo que hace en nombre de nuestros clientes".
Greg Smith era hasta la fecha el responsable del negocio de derivados de capital estadounidense en Europa Oriente Medio y África. Ayer acusaba a Goldman Sachs de alejarse de sus valores tradicionales y preocuparse más por ganar dinero que por hacer lo mejor para sus clientes. En su denuncia, llegó a asegurar que los trabajadores del banco hablan incluso en sus reuniones de "timar a los clientes".
El consejero delegado de la entidad está de acuerdo con su director de operaciones en que es normal que en una compañía con más de 30.000 empleados, alguno esté descontento, aunque no representa el sentimiento general. Creen que todo el mundo tiene derecho a tener su propia opinión, pero remarcan que es "desafortunado" que se amplifique a una posición individual en un periódico y se le dé más relevancia que a la información "periódica, detallada y minuciosa" que han proporcionado la empresa y encuestas públicas e independientes sobre el entorno de trabajo. Ellos prefieren recalcar las conclusiones de un reciente encuesta de personal realizada al 85% de su plantilla donde se observa que el 89% piensa que la entidad ofrece "un servicio excepcional" a sus clientes.
Para estos dos máximos responsables, la mejor respuesta a la acusación es demostrar como realmente Goldman Sachs trabaja y ayuda a sus clientes comprometiéndose con sus intereses a la plazo. "Esta prioridad nos ha distinguido en el pasado, durante la crisis financiera y hoy en día", concluyen.
Ya no me identifico con Goldman Sachs
The New York Times publicaba ayer miércoles la carta firmada por Greg Smith en la que aseguraba que la manera de tratar a los clientes iba en contra de sus principios. "Me pone enfermo cómo se habla en el banco de timar a sus clientes. Durante los últimos doce meses he visto a cinco directores referirse a sus propios clientes como marionetas". Smith no duda en calificar a Goldman Sachs como uno de los bancos de inversión más grande e importante del mundo, pero precisamente por eso, recuerda que la entidad “es demasiado relevante para las finanzas globales como para seguir actuando de esta manera”.
“La empresa ha dado un giro brusco desde que me incorporé y ya no puedo identificarme con lo que representa”, afirma Smith. Los valores que han permitido a Goldman ganarse la confianzade sus clientes en los 143 años de existencia de la firma, que no eran únicamente hacer dinero, ya no son la base de la compañía. Smith ya no cree en lo que se hace en Goldman, ya no se siente orgulloso, comenta. Después de años en la entidad, éstas han sido las causas por las cuales ha decidido dimitir.