16/02/2012 08:45:00

La lucha contra la corrupción empieza a despuntar como elemento central de gestión

Julia Salsas y David Murillo, del Instituto de Innovación Social, presentan el estudio 'Buenas prácticas en la lucha contra la corrupción'

La lucha empresarial contra la corrupción empieza a ser percibida como un elemento central de gestión para las empresas de nuestro país. Este fenómeno ha vivido un cambio de marco jurídico en las últimas décadas. Así lo ponen de manifiesto Julia Salsas y David Murillo, investigadores del Instituto de Innovación Social de ESADE, en el blog de la entidad.

Salsas y Murillo han llevado a cabo un estudio, acercándose a las empresas mediante el análisis, la investigación y la comunicación con responsables en materia anticorrupción, con el objetivo de conocer las buenas prácticas y actuaciones que éstas tienen incorporadas en su estrategia para hacer una política eficiente en la prevención de la corrupción.

Bajo el título “Buenas prácticas en la lucha contra la corrupción”, la investigación contó con la participación de las empresas REE, EADS, Repsol y Siemens. Cada una de ellas aportó elementos para comprender las cuatro fases necesarias para implementar un plan anticorrupción: diagnosis, políticas, acciones y seguimiento. Paralelamente, el estudio expone la opinión de expertos de diferentes disciplinas que ayudaron a configurar el marco teórico y el contexto del fenómeno de la corrupción en nuestro país y particularmente en el sector privado.

El estudio muestra como, de manera más reactiva o proactiva, las empresas españolas están empezando a desarrollar políticas encaminadas a lograr una mayor integridad en su operativa diaria. Queda también patente como los departamentos independientes de compliance ganan cada vez más peso en el seno de la empresa multinacional para acometer el reto de la prevención de la corrupción. El desafío pasa por que esta figura, el chief compliance officer, no sea una posición exclusiva de las grandes compañías, sino que entre también en la terminología y las estructuras organizativas de otro tipos de empresa.

Asimismo, el estudio también destaca la recomendación de establecer normas claras de conducta ética o apropiada y la adopción de una postura de tolerancia cero ante el fenómeno de la corrupción.

Como conclusión, los autores del informe apuntan que convendría entender la lucha contra la corrupción no sólo como un mecanismo preventivo del delito, sino como una vía para favorecer una posición competitiva basada exclusivamente en la calidad, transparencia y la excelencia de los productos o servicios que las empresas ofrecen. Un elemento más, pues, para defender un modelo de competitividad sostenible para las empresas.


Puede acceder al estudio completo en "Descargar archivo":

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