08/02/2012 12:01:56

Más de la mitad de los trabajadores en los hornos de ladrillos afganos son niños

La mayoría de los hogares afganos son vulnerables al trabajo forzado a causa de las deudas, según la OIT

Un informe de la Organización Internacional del Trabajo de Naciones Unidas ha puesto de manifiesto que el 56% de los trabajadores de los hornos de ladrillos de Afganistán son niños, y el 47% son menores de 14 años. La pésima situación económica del país después de tres décadas de guerra obliga a la mayoría de los hogares afganos a endeudarse para financiar sus necesidades básicas.

“Enterrado en ladrillos: Evaluación rápida del trabajo forzoso en los hornos de ladrillo afganos” es un informe de la OIT conducido por Samuel Hall Consulting, presentado ayer en Kabul, que pretende mostrar una visión exhaustiva del trabajo forzoso e infantil en los hornos de ladrillos afganos.

El informe, que se ha realizado en las regiones de Nangarhar y Kabul, expone que el 56% de los trabajadores de los hornos de ladrillos son menores de edad, con una presencia mayoritaria (47%) de niños menores de 14 años. A los nueve años, el 80% de los niños trabaja. La mala situación económica de los hogares provoca que tan sólo un 15% vaya a la escuela, por lo que muy pocos niños tienen la oportunidad de sobreponerse a las deudas y el trabajo forzado que éstas implican.

La guerra ha generado una coyuntura económica en la que las familias necesitan endeudarse repetidamente para pagar sus necesidades básicas. Con frecuencia, el préstamo para pagar la comida del invierno se devuelve con el trabajo de toda una temporada completa. De entre las familias encuestadas, más de la mitad había trabajado en los hornos durante diez años, y al menos el 35% durante más de 20 años. El 98% de los hogares se vieron abocados al trabajo forzado durante su estancia en Pakistán como refugiados.

Las condiciones laborales son pésimas, tanto para niños como para adultos. Se trabaja durante más de 70 horas semanales, y los salarios varían entre 6 y 8 dólares para los adutos y 3 y 5 para los niños. La mayoría de trabajadores son hombres, aunque la diferencia se dispara a partir de la pubertad, cuando las mujeres son relegadas a las tareas domésticas. Según el informe, "la exclusión de las mujeres de los puestos de trabajo provoca una mayor dependencia del trabajo infantil".

A pesar de la situación, Hervé berger, representante de la OIT en Afganistán, afirma que "debemos resistir la tentación de prohibir el trabajo infantil, porque hacerlo ahora empeoraría la calidad de vida de la población y llevaría la práctica a la clandestinidad. Tenemos que trabajar juntos con el gobierno para encontrar una respuesta integral a este problema".

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