Más de doce empresas ya han firmado este acuerdo. Por consiguiente, las compañías pueden optar a llevar la etiqueta si utilizan al menos un 25% de energía eólica en la fabricación de sus productos. Dicha energía puede ser propiedad de una empresa de turbinas, de un contrato de compra energética a largo plazo o mediante la compra de certificados de alta calidad en Energías Renovables (CER), aprobado por WindMade.
La etiqueta mostrará el porcentaje exacto de la cuota de energía eólica utilizada en el producto, y las empresas tienen la flexibilidad para certificar las operaciones a nivel local, regional o global, una distinción que también estará indicada claramente en las estampas.
Una mejora para ambas partes
Por todo ello, compañías tales como Deutsche Bank, Method y Bloomberg pretenden incrementar la reputación de su marca mediante esta "etiqueta verde". La industria eólica, por su parte, piensa que este sello conllevará un efecto dominó entre las marcas y se verán aumentadas tanto la demanda como la inversión de la energía eólica.
WindMade está segura que los consumidores se sentirán atraídos por la etiqueta, ya que en una encuesta a 31.000 consumidores relacionada con el nuevo sello, dos terceras partes dijeron estar a favor de los productos WindMade, tal como comentó Morten Albaek, vicepresidente de marketing de Vestas, el fabricante de aerogeneradores danés que encabeza la iniciativa.
Buena reputación social de la enegía eólica
Ciertamente es más fácil verificar el contenido del viento que, por ejemplo, la manera sostenible utilizada a la hora de capturar un pez. Además, los molinos de viento son ampliamente reconocidos y, como fuente de energía renovable, tienen un apoyo muy positivo por parte de la sociedad.