Además, el Gobierno explicó que los impuestos se habían probado previamente en Xinjiang y en once provincias más, pero que a partir del próximo mes se extenderían por todo el país, junto a otros impuestos sobre minerales. Esta nueva tasa supondrá un impuesto del 5 al 10% del precio del petróleo crudo y el gas natural.
Estas reformas se enmarcan dentro de un plan de protección de los recursos que el país busca cumplir con una serie de objetivos comprometidos con el medioambente. En este sentido, los cambios tributarios son los últimos de una serie de políticas ecológicas adoptadas por el gobierno chino en los últimos cinco años, como también han sido los planes de infraestructura de vehículos eléctricos y los incentivos para el uso de energías renovables.
Inversión en renovables
De hecho, se espera que una gran parte de los ingresos que proporcionará la aplicación de las tasas sea invertida en nuevos parques eólicos y redes de alta velocidad ferroviaria en las provincias rurales del país.
Existen también empresas, como PetroChina y Sinopec, que están en desacuerdo con la creación de estos impuestos para preservar el medioambiente. Los analistas predicen que, de ser así, estas compañías tendrán que reducir sus pronósticos de ganancias cuando se implante la nueva reforma tributaria.