Uno de los autores del estudio, Morton Barlaz, jefe del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, explica a este medio que si los materiales biodegradables (vasos, utensilios, bolsas, etc.) acaban en vertederos en los que hay descomposición anaeróbica (sin presencia de oxígeno), liberan metano, uno de los gases responsables del calentamiento global.
El estudio refleja que sólo un 35% de los vertederos estadounidenses captura metano para su uso como fuente de energía, otro 34% lo captura y lo quema in situ y un 31% permite que el gas escape a la atmósfera.
Sin embargo, cuando los productos biodegradables acaban en depósitos de compost o abono, en los que la descomposición es aeróbica, "la materia se transforma en dióxido de carbono y agua, pero no se libera metano", indica Barlaz.
Deben descomponerse "en un período de tiempo razonablemente corto"
Además, la cantidad de metano liberada en la descomposición de un producto biodegradable depende de lo rápido que tenga lugar este proceso. En este sentido, la Comisión Federal de Comercio estadounidense (FTC por sus siglas en inglés) indica que los productos comercializados como biodegradables deben descomponerse "en un período de tiempo razonablemente corto".
"Cuando un consumidor compra un producto biodegradable, lo hace generalmente bajo la impresión de que acabará descomponiéndose totalmente sin dañar al medio ambiente. Pero esto sólo ocurre si el 100% del producto es degradable y acaba en un sitio donde hay descomposición aeróbica", concluye el experto.
