Iker, de 15 años, padece una atrofia muscular, una enfermedad que le obliga a vivir en una silla de ruedas. Sólo un sofisticado aparato ortopédico, el bipedestador, le permitiría permanecer en pie durante unas horas al día, algo esencial para que sus órganos vitales puedan seguir desarrollándose con normalidad.
Esta familia bilbaína necesita recaudar 8.000 euros, que es lo que cuesta el artefacto, y para ello tienen que recoger 34 toneladas de tapones de botella para llevarlos a reciclar. La empresa Bilboplastic les entrega por de cada tonelada de material 200 euros. Según publica el diario, un mes después de empezar con la iniciativa, ya han entregado más de tres.
Este caso ha hecho aflorar la solidaridad de amigos y vecinos de la familia, que incluso les han cedido una lonja para que pueda ir acumulando el plástico. Asimismo, donantes de Bilbao, Durango y de otros puntos de España, como Madrid o Sevilla, ya han contribuido con sus tapones y en los supermercados Erkoreka hay habilitados unos pequeños contenedores donde se pueden depositar los tapones. Y, para el 28 mayo, la familia ha organizado un almuerzo benéfico.