Disney es la mayor editor de libros para niños del mundo, produciendo más de 50 millones de libros y 30 millones de revistas por año. La organización RAN ha sostenido en diversas ocasiones que: "Su política de compra de papel no previene el uso de fibras controvertidas, ni la compra de productos a proveedores como Asian Pulp and Paper (APP) and APRIL (las mayores compañías de celulosa y papel de Indonesia)".
Para el RAN, esta no es una cuestión menor: "La selva tropical de Indonesia, lugar de especies únicas como el orangutan y el tigre Sumatra, están bajo una terrible amenaza de las compañías de papel que se basan en la tala de bosques naturales y turberas. Las emisiones de carbono provocadas por esta deforestación a gran escala han transformado a Indonesia en el tercer país a nivel mundial en gases contaminantes de efecto invernadero, después de Estados Unidos y China".
Disney no es ajeno a esta controversia y en su informe de responsabilidad corporativa señala que la compañía pretende que el 100% de papel de origen para el producto y el embalaje de sus negocios sea sostenible y remarca que para finales del año 2011, todo el papel utilizado en los libros en papel y revistas de las empresas editoriales de América del Norte alcanzarán el objetivo.
Mientras el portavoz de Disney desestima las protestas del RAN como mero afán publicitario, los activistas remarcan que la política de compra de papel de Disney no es suficientemente rigurosa y se ubica por detrás de editores como Scholastic, Hachette Book Group y Simon & Schuster.