Una asistente social de Red Mujer, en Valladolid, le informó de que Grupo Norte estaba apoyando a mujeres maltratadas mediante la inserción laboral y ella supo aprovechar la oportunidad que se le brindaba de salir de la situación de desempleo en la que se encontraba y, más allá de eso, de dejar atrás episodios de violencia de género.
Pilar nos ha explicado su dura experiencia como mujer maltratada: "Estuve 14 años casada. Hace cinco que me divorcié pero aún sigo con procedimientos abiertos. Mi exmarido era maltratador consciente. No bebía, ni fumaba, manipuló a mi hija mayor, que entonces tenía doce años (hoy tiene 18), para que se marchara con él. Yo tengo a mi cargo a mi hijo menor, de diez años. Al final el juez me concedió el piso para vivir hasta que el niño sea independiente y como él tiene a la niña, nos intercambiamos una pensión. Cada vez que salía un juicio, él, que es camionero, se quedaba en paro o le reducían la jornada y entonces salió todo muy mal. Él me pasa 100 euros y yo, como constaba mi trabajo a media jornada, le paso 75 euros. Así que llevo cinco años, recibiendo de él 25 euros para mantener al niño, incluso cuando yo estaba en paro".
Respecto a su vida desde que es beneficiara de la política de RSE de Grupo Norte, nos cuenta: "Cuando entré en Limpisa estaba en paro, por aproximadamente nueve meses. Había trabajado cuatro años a media jornada en una tienda", y reconoce que el trabajo siempre le ha ayudado mucho.
Por último, explica que normalmente no se habla de este tema en el entorno laboral. "Es algo que no te gusta que se sepa porque también me he encontrado con personas que opinan que te han dado trabajo por eso. Y yo no pienso así porque, claro que te dan la oportunidad, pero luego tú tienes que demostrarlo".
