28/01/2011 08:16:05

Doce alternativas energéticas a los combustibles tradicionales para el transporte

Accenture selecciona 12 combustibles alternativos con posibilidades

La mitad del petróleo que se consume actualmente se utiliza como combustible para el transporte, y aproximadamente el 30% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de esta actividad. Todo ello, sumado a la volatilidad de los precios del petróleo y la posibilidad de crear empleos “verdes”, está espoleando el interés por los combustibles renovables para su uso en el transporte.

Con estos datos en mente, Melissa Stark ha seleccionado para Accenture doce alternativas energéticas que tengan potencial para sustituir en los próximos cinco años una considerable proporción de los combustibles fósiles actuales.

Para seleccionar estas energías, Stark ha establecido cuatro criterios. En primer lugar, deben ser energías que puedan satisfacer más del 20% de la demanda mundial de combustible; también deben poder producir como mínimo un 30% menos de emisiones a la atmósfera, a la vez que deben mantener unos precios competitivos. Finalmente, también es necesario que puedan llegar a ser comercializadas en 5 años o menos.

Las doce energías alternativas se han clasificado según sean evolutivas, revolucionarias o transformadoras. Las evolutivas son aquellas que derivan de activos y recursos ya existentes, mientras que las revolucionarias permitirían que se siguiera utilizando la infraestructura de distribución existente (la del petróleo). Por su parte, las transformadoras son las que cambiarían completamente el paradigma de los combustibles líquidos.

Las energías evolutivas

La primera opción seleccionada por Accenture es el motor de combustión interna avanzado. Puede sorprender su aparición en esta lista, dado que es un invento del siglo XIX, pero el caso es que su rendimiento aún tiene potencial de mejora. La inversión en tecnologías avanzadas que mejoren la eficiencia, como por ejemplo la inyección directa de gasolina de nueva generación, puede tener una gran repercusión sobre las emisiones de gases contaminantes.

También se destaca la agricultura de nueva generación, que promete mejorar el rendimiento de los cultivos que necesitan los fabricantes de biocombustibles para poder competir con los hidrocarburos.

Otro de los combustibles evolutivos señalados son aquellos biocarburantes que proceden de los deshechos. Existe una gran variedad de fuentes de residuos adecuadas, tanto residuos urbanos como agrícolas o forestales.

Por último, también se comentan las depuradoras marinas (sistemas que eliminan el azufre de los gases de escape de los buques), puesto que permitirían a las empresas evitar las grandes inversiones de capital necesarias para modernizar las refinerías para producir combustibles con menos azufre.

Las energías revolucionarias

La biología sintética ha abierto una vía factible para el gasóleo hecho a partir de caña de azúcar. El proceso implica microorganismos que pueden convertir la caña de azúcar en combustible diésel ultralimpio.

Asimismo, el biobutanol ofrece un contenido energético más similar a la gasolina, y es menos sensible al agua que el etanol. Por ello, puede ser fácilmente transportable a través de oleoductos e infraestructuras petrolíferas, y puede ser mezclado con gasolina en proporciones mucho mayores que las que permite el etanol.

Por otra parte encontramos también el biocrudo, que es un producto intermedio que las empresas de energía renovable pueden transformar después en cualquier tipo de combustible para el transporte, al igual que el petróleo crudo. Se elabora mediante la conversión de celulosa y lignina en biomasa, y constituye una alternativa renovable al gasóleo.

También destaca como combustible revolucionario las algas. Pese a que su rendimiento es 25 veces superior al de la soja, la producción de combustibles a base de algas puede costar entre 8 y 30 dólares por galón, así que la modificación genética será quizás la solución para que las algas muestren todo su potencial como combustible.

Finalmente, Melissa Stark comentó los combustibles alternativos compatibles (drop-ins) para el sector aéreo. El sector aeronáutico recibe cada vez más presiones para que aumente su eficiencia energética y reduzca sus emisiones de CO2. Los biocombustibles serían una gran posibilidad, y de hecho los vuelos de prueba han demostrado la viabilidad de este tipo de proyectos.

Las energías transformadoras

Los vehículos híbridos eléctricos enchufables cada vez reciben más atención y apoyo por parte de las administraciones públicas, y está previsto que se conviertan en un elemento cotidiano dentro de unos pocos años.

Para conseguirlo, las tecnologías de recarga son tremendamente necesarias, aunque su aplicación a gran escala requerirá la optimización de la red.

Finalmente, las mejoras en la tecnología de conexión del vehículo a la red es lo que permitirá que los vehículos eléctricos puedan cargarse a gran escala.

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