La compañía ha retirado durante el último año varias series de productos, y ha sufrido también la supervisión estricta de sus acciones por parte de la Administración de Alimentos y Medicinas y los legisladores federales.
El pasado miércoles, Oregon fue el primer estado en emprender acciones contra J&J por una retirada “fantasma” de Motrin (Ibuprofeno). La denuncia alega que la división McNeil de la compañía vendió Motrin defectuoso en gasolineras y otras tiendas a nivel nacional en 2008, y que luego retiraron el producto de los estantes en secreto.
En lugar de hacer una retirada pública, J&J habría pagado a contratistas para que, a principios de 2009, fueran a las tiendas y compraran los productos defectuosos, sin informar a distribuidores, vendedores o consumidores sobre el problema.
Mc Neil dijo que las acciones de la compañía en la retirada de Motrin fueron “acordes con la ley” y que esperaban que la denuncia de Oregon no fuera admitida a trámite.
Las primeras informaciones sobre retiradas fantasmas aparecieron en junio del año pasado, durante una ponencia sobre otras retiradas de J&J. Ejecutivos de la compañía así como oficiales de la Administración de Alimentos y Medicinas fueron interrogados sobre el intento de retirar Motrin sin avisar a la opinión pública.
Después de meses manteniendo que la compañía no incurrió en prácticas engañosas en la retirada de Motrin, el CEO de J&J, William Wledon, admitió en septiembre a los legisladores que compró medicamentos defectuosos en secreto sin informar a entidades reguladoras ni consumidores de sus acciones.