Su coste es de 2.500 euros aproximadamente y cada farola permite ahorrar un kilovatio por hora (kWh) y evita además la emisión de dos toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año. Estas farolas comienzan a iluminar cuando reciben la orden de un programador dotado de un sensor lumínico.
Una ciudad holandesa prueba farolas sensibles al movimiento
También con el objetivo de ahorrar energía, la multinacional de la electrónica Philips y la localidad holandesa de Tilburg, en el centro-sur del país, han llegado a un acuerdo para probar varios modelos de alumbrado público que se encienden o apagan cuando los peatones pasan cerca.
Según ha indicado la agencia holandesa ANP, la multinacional quiere poner en marcha un sistema de alumbrado público basado en diodos emisores de luz (LED) que sea más ecológico y eficiente en gasto energético. La prueba se realizará en Berkel-Enschot, una localidad dependiente de Tilburg, que pretende "ahorrar hasta un 50% de energía" con ese nuevo sistema de "alumbrado público inteligente".