10/01/2011 08:00:49

La contaminación por dioxina en Alemania ya fue detectada en marzo de 2010

En 2010 se detectaron rastros de dioxina en grasas alimentarias comercializadas por Harles und Jentzch

Los diarios alemanes han anunciado novedades en el caso de la dioxina detectada en la fábrica distribuidora alemana Harles und Jentzsch, donde algunos aceites utilizados para la elaboración de biofuel fueron a parar a los piensos: en marzo de 2010 ya se detectaron rastros de dioxina en grasas alimentarias comercializadas por dicha empresa alemana.

Según el diario francés Le Monde, tras el descubrimiento de la dioxina en los huevos comercializados por Harles und Jentzsch, más de 4.700 granjas y explotaciones agroalimentarias han sido 'provisionalmente cerradas' en Alemania.

El ministerio regional de agricultura de Schleswig-Holstein, el estado regional donde la empresa tiene su sede, ha confirmado estas informaciones asegurando no haber sido advertido acerca del test realizado el 19 de marzo, hasta el pasado 27 de diciembre. El diario alemán Hannoversche Allgemeine Zeitung asegura que las tasas de extractos de dioxina eran más de dos veces superiores de lo normal, pero 'la empresa no comunicó al ministerio regional los resultados del análisis realizado por su propia iniciativa', según ha declarado un portavoz del ministerio en Kiel.

La problemática alimentaria alemana toma un carácter europeo
Los productos contaminados por la dioxina fueron exportados a los Países Bajos y a Gran Bretaña. El miércoles el minsterio de agricultura alemán reconoció que 136.000 de los huevos contaminados fueron exportados a principios de diciembre a los Países Bajos. El jueves la Comisión Europea declaró que los huevos potencialmente contaminados también habían llegado al territorio británico mediante 14 toneladas de productos transformados para la alimentación humana (mayonesas, pastelería, etc.). Sin embargo, Frédéric Vincent, portavoz del comisario de Salud, ha afirmado que 'los niveles detectados no suponen un riesgo para la salud humana'. 'Haría falta comer muchos huevos, o muchos productos fabricados a partir de esos huevos para que existiese un verdadero riesgo', ha añadido.

A pesar de las tranquilizadoras palabras de Vincent, las dioxinas son residuos de combustiones industriales o naturales consideradas como 'cancerígenas' por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su absorción en pequeñas cantidades no es inmediatamente peligrosa, pero el cuerpo humano las elimina con mucha dificultad. Según estudios científicos, las dioxinas afectan especialmente a las mujeres embarazadas.

Compartir:
  • linkedin share button