El programa “Dispatches” reveló que la firma tiene entre sus proveedores a un taller de la localidad de Leicester donde los trabajadores perciben menos de la mitad del salario mínimo en el Reino Unido. Según dicho programa, esa factoría también suministra productos a otras destacadas firmas de moda británicas, entre ellas BhS, Peacocks y Jane Norman.
New Look ha reaccionado rápidamente; su presidente, Carl McPhail, ha asegurado que ya habían descartado como proveedor al mencionado taller, y que sus artículos hayan llegado hasta sus tiendas se debe a que es subcontratista de una de las compañías que le suministran productos.
Por ello, New Look, que es miembro de Ethical Trading Initiative, una plataforma que une a empresas, ONG y sindicatos que trabajan para mejorar las condiciones laborales en todo el mundo, ha iniciado una investigación de todos sus proveedores, para lo que ha contratado los servicios de la consultoría Ernst.
Asimismo, se ha comprometido a pagar a los trabajadores del taller de Leicester la diferencia entre su sueldo y el salario mínimo interprofesional.
“Nos tomamos estas cosas en serio, no queremos que los artículos de New Look se produzcan de ese modo”, ha subrayado McPhail.
New Look presentó el pasado mes de junio su código de buenas prácticas, en el que requiere a sus proveedores que no externalicen su producción a otras empresas.
