En su informe anual sobre la situación energética del mundo, la agencia pide eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles, como acordó el G-20 en Pittsburgh en 2009, algo que las potencias siguen sin cumplir. De hecho, España ha aprobado un nuevo sistema de ayudas al carbón nacional y en los presupuestos hay 1.000 millones de ayudas a las cuencas mineras, mientras que las primas a las renovables en 2009 ascendieron a 4.719 millones.
"Erradicar los subsidios a los combustibles fósiles alentaría la seguridad energética, reduciría las emisiones de gases con efecto invernadero y la polución del aire, y traería beneficios económicos", dice la AIE en su informe.
Para la agencia, las ayudas a los combustibles fósiles distorsionan el mercado y su eliminación en 10 años reduciría la demanda energética en un 5% y las emisiones de CO2 un 5,8%. El informe también sostiene que la gran mayoría de estas subvenciones no van destinadas a ayudar a los más pobres a tener acceso a la energía.
Por otro lado, la AIE considera que, si el mundo quiere combatir el calentamiento global, la demanda de petróleo de los países industrializados debería tocar techo antes de 2020. Si no, el precio petróleo seguirá subiendo, animado por la demanda de China e India y por el agotamiento de las reservas.