Para conseguir metano, los investigadores han manipulando residuos de cáscara de naranja, sometiéndolos a un pretratamiento de extracción de D-limoneno, una sustancia natural que se extrae del aceite de las cáscaras de los cítricos y que da olor característico a las naranjas y los limones, según ha informado Andalucía Investigación.
El procedimiento
El tratamiento general mediante el cual se obtiene metano, un proceso conocido como digestión anaerobia, consiste en una transformación microbiológica del residuo en ausencia de oxígeno. De este modo, se generan diversos gases dependiendo del material degradado, aunque el dióxido de carbono y el metano son los más abundantes.
La duración del proceso anaerobio varía dependiendo de diversos factores, entre los que destacan la temperatura, el pH del material biodegradado y, fundamentalmente, las características del residuo tratado.
Los investigadores comprobaron en laboratorio el rendimiento en metano a diferentes temperaturas, e introdujeron en el proceso microorganismos denominados mesófilos -con una temperatura óptima de crecimiento entre 20 y 45 grados- y termófilos -los que soportan temperaturas por encima de 45-, para ver el comportamiento de ambos grupos frente a la degradación de la cáscara.
"Los resultados del trabajo mostraron la conveniencia de realizar el proceso en condiciones termófilas para tratar estos residuos ya que la tasa de producción de metano, la velocidad de transformación y la biodegradabilidad fueron más altos que en condiciones mesófilas", subrayan los investigadores.
Nuevo uso para las cáscaras
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la producción mundial de naranja en 2007 se estimó en 63 millones de toneladas, y de ella, un 70 por ciento se utiliza para la fabricación de zumos y mermeladas.
Es destacable que aproximadamente entre el 50 y el 60 por ciento del procesado de la fruta se transforma en residuos, formados por cáscara y pulpa.
"Aunque los residuos de cáscara pueden ser reutilizados para una amplia variedad de propósitos, hasta hace relativamente poco no ha habido métodos de eliminación satisfactorios. Por otro lado, los subproductos obtenidos en la fabricación de piensos animales generan aguas residuales altamente contaminadas que se evitan con este nuevo proceso", explicó la investigadora María de los Ángeles Martín.
Este trabajo ha sido desarrollado por los investigadores María de los Ángeles Martín, José Angel Siles, Arturo F. Chica y Antonio Martín, y publicado en la revista Bioresource Technology.